Colombia: el Gobierno de Santos intenta salvar el proceso de paz

Las FARC anunciaron que se mantendrán en la mesa de negociaciones, que seguirán luchando hasta alcanzar la paz y que lo ocurrido en las urnas solo fue un "traspié" propio del juego político.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, convocó ayer a la sede de gobierno a los voceros de los partidos oficialistas, con el fin de encontrar salidas a la crisis desatada por "No" en el plebiscito por la paz.
El cónclave se realizó en la Casa de Nariño a donde llegaron los políticos afines al gobierno e iniciaron una reunión a puerta cerrada, mientras el partido derechista Centro Democrático, que lideró el "No" en el plebiscito, dijo estar dispuesto a un encuentro con voceros del ejecutivo.
La reunión se presume como el primer paso para lo que han dado en llamar "el pacto nacional", que sería una suerte de conciliación entre quienes respaldan el actual acuerdo de paz con las FARC y sus críticos que piden reformarlo.
"Con el fin de identificar los pasos adecuados hacia dicho pacto nacional, queremos expresar nuestra voluntad de reunirnos con los delegados que el gobierno nacional designe", dijeron en un comunicado tres de los principales voceros del Centro Democrático que está ligado con el expresidiente Alvaro Uribe.
Pero no todo es solución, Humberto de la Calle, jefe negociador de paz del gobierno, ofreció ayer dimitir de su cargo y quedó a la espera de una respuesta del Presidente, previo al inicio de la reunión con la bancada política oficialista.
"He venido a decirle al Presidente que pongo a su disposición mi cargo de Jefe de la Delegación, porque no seré obstáculo para lo que sigue. Pero repito que continuaré trabajando por la paz sin pausa en el lugar donde yo pueda ser útil", precisó de la Calle.
El, junto al alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, y otros de los negociadores viajarán ayer a La Habana, para un encuentro con los jefes de las FARC que esperan por la siguiente jugada en el ajedrez político de la paz.
Las FARC anunciaron que se mantendrán en la mesa de negociaciones, que seguirán luchando hasta alcanzar la paz y que lo ocurrido en las urnas solo fue un "traspiés" propio del juego político.
Por su parte, el expresidente y senador derechista Alvaro Uribe, promotor del "No" y crítico acérrimo del gobierno y la negociación de paz, guardó silencio, luego de tender la mano para iniciar un diálogo que permita introducir los cambios que él y sus seguidores exigen en el acuerdo de paz con las FARC.

SOLO EFECTO POLITICO
El comando de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reiteró ayer su compromiso con el proceso de paz en el país, pero señaló que el plebiscito de ayer, que rechazó por escaso margen ese acuerdo, "no tiene efecto jurídico", sino "político".
En un comunicado difundido en Cuba y recogido por medios colombianos, el estado mayor guerrillero aseguró que "la consulta plebiscitaria no tiene efecto jurídico alguno, el efecto es político, el acuerdo final ha sido firmado como acuerdo especial y depositado ante el Consejo de la Federación Suiza en Berna, ello le concede innegable e irrevocable efecto jurídico".
"Reafirmamos ante Colombia y el mundo que los frentes guerrilleros permanecerán en cese el fuego definitivo como medida de alivio a las víctimas del conflicto y en respeto a los acordado con el gobierno", añadió el texto, leído por el líder de la insurgencia Rodrigo Londoño, alias Timochenko.
El domingo, el 50,21% de los colombianos rechazó el acuerdo de paz frente a un 49,78 que votó por la implementación del pacto, en un resultado sorpresivo que abre una etapa de total incertidumbre en el país.

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