Con gol de Messi a los 46 del segundo tiempo, Argentina le ganó 1 a 0 a Irán por la segunda fecha del Grupo F de la Copa del Mundo. El equipo jugó mal pero consiguió el pasaje a octavos.
Argentina jugó un primer tiempo horrible frente a un equipo que nunca quiso atacar, que solamente pisó el área de Romero con alguna pelota parada, que planteó claramente una vocación de no ser goleado.
Frente a un esquema tan cerrado, con población de camisetas rojas en su propio terreno, los de Sabella no supieron cómo desequilibrar. Faltó movilidad, desmarque, proponer el uno por uno para aprovechar la mayor habilidad de nuestros jugadores.
Messi se mostró demasiado estático. Agüero se estacionó sobre la izquierda. Higuain quedó absorbido por el fondo iraní y solamente Di María evidenció atisbos de repentización, de cambio de velocidad. La salida del equipo era demasiado lenta y a veces imprecisa y eso permitía el repliegue tiempo de un rival sin otra ambición que "aguantar".
Pero si lo del primero fue horrible, lo del segundo fue peor. No apareció la dinámica, ni las individualidades, ni siquiera los ingresos de Lavezzi y Palacio le cambiaron la cara. y peor aún Romero sacó tres pelotas claves.
Y cuando el partido se moría en la decepción surgió la magia del mejor del mundo, Messi, que por algo es el mejor aunque no luzca en los 89 minutos anteriores. Metió un zurdazo inapelable para un triunfo que se mereció por dominio territorial, pero que no se supo conseguir con las armas de las que dispone este equipo, resumió Minuto Uno.