Condenan a un "dealer" a 7 años y medio de prisión 

La pena para Angel Andrés Perrone será de cumplimiento efectivo y a ella se llegó en el marco de un juicio abreviado en el que se le unificó otra condena. En los allanamientos de la causa se secuestraron 2,100 kilos de cocaína y 1,600 kilos de marihuana, además de 209 semillas de marihuana; cuatro balanzas digitales; sustancias de corte; recortes con restos de sustancias; 180.525 pesos y 240 dólares, siete vehículos, ocho armas de fuego y 77 municiones, cuadernos, anotaciones, documentación, 22 teléfonos celulares y dispositivos electrónicos.

Angel Andrés Perrone fue condenado por el juez Mario Reynaldi, del Tribunal Oral Federal (TOF) en lo Criminal de Comodoro Rivadavia en un juicio abreviado a 5 años de prisión de cumplimiento efectivo por haber comercializado estupefacientes en Comodoro Rivadavia durante seis meses en 2019.

Además, Reynaldi le unificó la pena a 7 años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo con una condena anterior.

A Perrone, un albañil desocupado, lo comenzó a investigar Gendarmería Nacional a fines de 2018 cuando se desprendió una nueva causa en el debate oral y público en el que se condenó a los integrantes de una banda que se dedicaba a comercializar estupefacientes en forma de “delivery” en Comodoro y Rada Tilly.

En los allanamientos de la causa se secuestraron 2,100 kilos de cocaína y 1,600 kilos de marihuana, además de 209 semillas de marihuana; cuatro balanzas digitales; sustancias de corte; recortes con restos de sustancias; 180.525 pesos y 240 dólares, siete vehículos, ocho armas de fuego y 77 municiones, cuadernos, anotaciones, documentación, 22 teléfonos celulares y dispositivos electrónicos.

En el juicio abreviado, el fiscal Teodoro Nürnberg le atribuyó los delitos de comercio con estupefacientes y solicitó condenarlo a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo, y unificar la nueva pena con la condena dictada en una causa del 2014.

Perrone dio su conformidad; fue interrogado si reconocía su participación en el hecho imputado, y si consentía la calificación legal asignada y la pena propuesta, ratificando su participación y responsabilidad penal en los hechos atribuidos.

LLAMABA LA ATENCION

El juez puso de relieve lo informado por Gendarmería; esto es informes de análisis y capturas de secuencias fotográficas obtenidas que daban cuenta, entre otras cosas, de acciones típicas de comercialización con estupefacientes, como llamativas reuniones en la vía pública, pasamanos de objetos en distintos puntos de la ciudad tipo “delivery”, a bordo del automóvil Ford Fiesta dominio PAD-299.

En la vivienda de Perrone, en calle Código 887 del barrio Moure, se incautó cocaína pura con la cual se podían preparar 24.672 dosis de 50 mg y 12.336 dosis de 100 mg., así como 3.291 cigarrillos de “porro”.

Perrone expresó estar arrepentido de todos los hechos vinculados al narcotráfico, asegurando que está dispuesto a “reformular” su plan de vida, no deseando regresar a la cárcel, sumado a la circunstancia de ser padre de hijos menores de edad.

Para el juez Reynaldi, “Perrone demostró desprecio por el proceso resocializador al reiterar su ilicitud, ambos procesos lo vincularon a infracciones a la Ley 23.737, con posesión tóxicos prohibidos en cantidad y alto grado de pureza, ilustrando integrar una cadena de narcotráfico con medios eficientes para sus fechorías, en las que no demostró arrepentimiento alguno y, por añadidura, en el lapso que recuperó su libertad, aún limitada, tampoco acreditó actividades lícitas, que le permitieran solventar su futuro alejado de las faenas delictivas que lo trajeron a estos estrados”.

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