Los combates no cesan en el convulsionado este de Ucrania y arrojan dudas sobre si efectivamente entrará en vigor, en pocas horas, el alto el fuego pactado días atrás entre el eje franco-alemán, Moscú y Kiev.
Las dudas sobre el cumplimiento del pacto están siendo reforzadas por las denuncias de Estados Unidos acerca de que Rusia sigue desplegando armas pesadas, y de Kiev, que asegura que los bombardeos contra la población civil se han intensificado.
Por su parte, Moscú, se mostró preocupado por los intentos de distorsionar los acuerdos de Minsk que realizan Ucrania y Estados Unidos, según declaró ayer la Cancillería rusa a la agencia de noticias Sputnik.
“Produce una gran inquietud el hecho de que representantes oficiales de Ucrania como el ministro de Asuntos Exteriores, Pavlo Klimkin, y de algunos países occidentales, en particular, Estados Unidos, se han solidarizado con la postura de los ultranacionalistas en el Parlamento ucraniano y comenzaron a alterar el contenido de los acuerdos de Minsk”, dice el comunicado.
La nota agrega que las declaraciones de las milicias de Donetsk y Lugansk sobre su actitud responsable hacia el cumplimiento de los compromisos asumidos contrastan con las afirmaciones de algunos políticos ucranianos que “inquietan”.
“Rusia está dispuesta a contribuir al cumplimiento de los acuerdos alcanzados (en Minsk)”, subrayó la Cancillería.
En tanto, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, dijo ayer que espera que “el sentido común prevalezca sobre ambiciones imperiales enfermizas” y que “aquél que dio luz verde al comienzo de las acciones militares ordene el alto el fuego a partir de las 00.00 horas (19 de Argentina)”.
Si bien no mencionó a quien apuntaban sus comentaros, está claro que se refería a Kremlin, a quien acusa de respaldar militar y financieramente a los separatistas del este de Ucrania,
Mientras hacía entrega de equipos militares a la Guardia Fronteriza, Poroshenko agregó que si no se consigue la paz tomará la “dura pero necesaria decisión” de implantar la ley marcial “no sólo en las regiones de Donetsk y Lugansk (escenario del conflicto), sino en todo el país”.
FALTA DE ESPIRITU
Según informes, al menos 28 civiles y soldados han muertos en la última escalada de los enfrentamientos.
Se espera que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna hoy en una sesión de emergencia para apuntalar el acuerdo de alto el fuego, informaron fuentes diplomáticas.
Por su parte, la vocera del Departamento de Estado norteamericano, Jen Psaki, aseguró que tiene informes sobre un presunto movimiento de armas pesadas desde Rusia al este de Ucrania y denunció que hay más en camino.
“Esto claramente no es el espíritu del acuerdo de esta semana”, se quejó ante un grupo de periodistas.
Tras los nuevos enfrentamientos después las maratónicas conversaciones mantenidas el jueves en la capital bielorrusa, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que la Unión Europea (UE) no descarta nuevas sanciones a Rusia si la tregua falla.
En tanto, el G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) expresó su preocupación por la violencia y también amenazó con “intensificar los costos” para cualquiera que sabotee el acuerdo.
En el frágil acuerdo están depositadas las esperanzas de poner fin a una guerra que ya se ha cobrado la vida de más de 5.000 personas y ha reavivado las brazas del conflicto entre Oriente y Occidente, tras el fin de la Guerra Fría.