Crítica: Citroën Grand C4 Picasso

La Grand C4 Picasso es una presencia galáctica en nuestras calles. Y, a pesar de que se lanzó en abril, es normal que la gente todavía no se haya acostumbrado.

En todo el año se vendieron menos de 200 unidades y su estética futurista no pasa desapercibida.

La trompa está definida por una larga varilla cromada que delinea el chevrón superior del logo. Y por las ópticas en tres escalones: arriba, las luces diurnas de leds; al medio, los faros convencionales; y abajo, los antinieblas.

La GC4 tiene el mismo ancho de la C4 (1.826 mm), pero posee una distancia entre ejes seis centímetros más estirada (2.840 mm), es 17 centímetros más larga (4.597 mm) y tres centímetros más alta (1.644 mm).

POR DENTRO

Los detalles sobre las tecnologías disponibles, la complejidad de los múltiples tableros digitales y la calidad de materiales ya se destacaron en la crítica de la C4 Picasso.

La única diferencia de equipamiento con la versión de cinco asientos Tendance Pack radica en el sistema de entretenimiento para las plazas traseras.

Cuenta con dos pantallas empotradas dentro de los apoyacabezas delanteros (y cubiertas por una funda del mismo tapizado, para no llamar la atención), que se conectan con una consola ubicada en el torpedo central: el sistema Plug&Play cuenta con reproductor de CD/MP3/DVD/Bluetooth, con toma de 12 voltios y fichas para enchufar diferentes periféricos.

SEGURIDAD

Como la C4 Picasso, la GC4 viene de serie con seis airbags (los de cortina abarcan hasta la tercera fila de asientos), frenos ABS, repartidor de frenado, ayuda al frenado de urgencia, control de estabilidad, control de tracción, asistencia al arranque en pendiente y tres anclajes Isofix en la segunda fila.

La GC4 se ofrece sólo con el nivel de equipamiento Tendance Pack, que incluye sensores de estacionamiento delanteros y traseros, cámaras de visión periférica y sistema Park Assist de estacionamiento automático: maniobra a la perfección en detenciones paralelas al cordón de la vereda o a 90 grados.

MOTOR Y TRANSMISION

Todas las C4 Picasso llegan a la Argentina con una sola motorización: diesel. Sí, podríamos considerar como un defecto la ausencia de variantes nafteras, pero no lo vamos a hacer. Y hay un motivo justo: en Autoblog criticamos tantas veces a las automotrices que se olvidan del público que aprecia las bondades de los gasoleros, que una vez que una marca sigue el camino contrario, la vamos a celebrar.

Y la elección no defrauda. El motor es el conocido 1.6 HDi que equipan varios modelos de Peugeot y Citroën en la Argentina. Tiene sólo dos válvulas por cilindros, inyección directa por common rail, turbo de geometría variable e intercooler.

Entrega 115 caballos de potencia a 3.600 rpm, pero la erogación de torque es superior que en otros modelos del grupo: 270 Nm a 1.750 rpm. Esto es porque el motor está configurado para una caja manual de seis velocidades, en lugar de las cinco que habitualmente usan los HDi de PSA que conocemos por acá.

Para quien busque un vehículo familiar amplio, con un motor eficiente, excelente autonomía, seguridad y la última palabra en tecnología, hay pocas propuestas más interesantes en nuestro mercado que la plantea la Grand C4 Picasso.

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