Denunció a la mafia del tenis y su vida se convirtió en una pesadilla
El santiagueño Marco Trungelliti reveló una triste historia que le tocó vivir en 2015, cuando le ofrecieron arreglar partidos y él eligió denunciarlo. Decidió irse de Argentina por la persecución que está sufriendo.

Con 29 años, Marco Trungelliti tiene un vasto recorrido en el circuito ATP de tenis, triunfos en Grand Slam y hasta formó parte -como sparring- del equipo argentino de Copa Davis que consiguió el único título de la historia en 2016.

En 2015 el argentino cayó en una de las mafias más grandes que existen en el deporte: la de las apuestas. Según relató en las últimas horas, le ofrecieron vender partidos cambio de una exorbitante cifra de dinero (mucho más que la que él ganaba en aquel momento jugando Challengers).

Pese a esto, y al contrario de lo que eligen otros tenistas, Trungelliti decidió rechazar ese ofrecimiento y denunciar el caso ante el TIU (Tennis Integrity Unit), según confesó el propio jugador a La Nación.

"Cuando me lo ofrecieron pensé: 'No hay manera, esto no es lo mío, no estoy acostumbrado a estas cosas, viviría con una culpa inhumana'. Pasó eso, yo me iba a los días a Suiza y allá hice el reporte a la Tennis Integrity Unit. Ahí empezó todo, me pidieron información sobre qué había hecho en la reunión, con quién, capturas de pantalla, todo", contó el actual 114° del ranking ATP.

"En algún momento comparás y decís: 'Pucha, yo sé que tengo que laburar seis meses para conseguir esta plata que me ofrecen y si arreglás un partido hacés así y ya está'. Entonces, es normal que la gente que no tiene la moral firme caiga en una tentación así", agregó.

Pero su denuncia se volvió una pesadilla cuando a Trungellitti lo hicieron declarar en las investigaciones contra tres de los argentinos sancionados por el TIU, Federico Coria, Nicolás Kicker y Patricio Heras. "Uno de los tres jugadores argentinos dice que yo le tenía bronca y que por eso lo denuncié. Que la TIU me enganchó arreglando partidos y que si yo canjeaba información y vendía compañeros, me reducían la sanción. Totalmente falso", explica.

Lo cierto es que, por este motivo, Trungelliti vive un calvario cada vez que viene a Argentina. Lo tildan de "buchón", de "topo" y lo miran de reojo cada vez que pisa un club. Por eso, tras quedar eliminado del ATP de Buenos Aires decidió recortar su estadía en el país y volver a Andorra, donde vive desde fines del año pasado.

"Estoy quemado. Desde que llegué a la Argentina que prácticamente no duermo. Siento que si miro mal un poco a uno me quiere cagar a piñas. No soy ni topo ni buchón. No aguanto más", dice con dramatismo.

Según la página de la ATP, Marco Trungelliti registra ganancias por unos 816 mil dólares en más de 10 años de carrera profesional. Una cifra que seguramente se hubiera multiplicado de manera estrepitosa si él hubiera elegido aceptar esa oferta oscura que eligió denunciar.