Por ahora es por lo bajo. Pero el Gobierno comenzó a preocuparse por un eventual muy serio problema económico: ¿Qué sucedería si se diera, en este tercer trimestre del año, una nueva oleada inflacionaria; que arroje el resultado final del alza de precios de 2016 un nivel superior al 45% total?
Ese resultado, si se diera, jaquearía terminalmente la intención de lograr un 1,5% mensual para el último trimestre; y, lo peor, provocaría un arrastre complicado para el próximo año. Para el 2017 el Gobierno quiere lograr, sí o sí, una inflación de no más de 20% (en lo posible 15%), y mostrar antes de las elecciones de medio término que la situación está definitivamente bajo control.
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