Desestabilización en clave

El gobierno provincial, con su titular a la cabeza, denunciaron en la semana que la gestión está siendo amenazada por intentos desestabilizadores. Tanto Martín Buzzi como el resto de los funcionarios que hablaron sobre el tema, deslizaron -entre líneas- quienes podrían ser los responsables, pero fue el ministro de Gobierno, Javier Touriñan, quien dejó las palabras en clave para ponerle nombre y apellido al comandante de lo que sería un golpe provincial: el ex ministro de Agricultura de Nación, Norberto Yauhar.
En lo previo, el gobernador Buzzi señaló que el intento desestabilizador era compartido por sectores políticos y empresarios y de inmediato advirtió que uno de los objetivos era atentar contra la ley de hidrocarburos que su gestión puso en marcha y por la cual, en las negociaciones cerradas, se logró mejorar el ingreso de regalías, tanto para la provincia en su conjunto como para los municipios petroleros.
Hasta el momento, salvo las palabras de Touriñan, nadie en el gobierno explicó esta relación de la que habló el gobernador que indirectamente parece apuntar a Pan American Energy, la principal operadora de la región, pero si de analizar los hechos se trata no se encuentra una vinculación efectiva ya que la operadora finalmente firmó la renegociación en base al marco o ley provincial de hidrocarburos aludida.
Sí es cierto, aunque puede ser casualidad, que aquellos que en 2007 promovieron la aprobación de la extensión contractual de Cerro Dragón, que sigue analizándose en sede judicial luego de las denuncias del arrepentido Hernán Arbizu, se terminaron abroquelando en este 2014 de cara al 2015. El ex gobernador Mario Das Neves y los radicales que lo acompañaron en aquel entonces ( Rafael Cambareri, Carlos Relly y Gustavo Di Benedetto) ya firmaron su nueva alianza bajo el partido Chubut Somos Todos, y a ellos se les suma, al menos en los movimientos tácticos, el propio Norberto Yauhar, quien desde el Frente para la Victoria parece ser como el quinta columna que tiene el oficialismo.
Cada vez que pudo, el ex candidato a la diputación nacional marcó disidencias con el proyecto que encabeza en el plano provincial Martín Buzzi. Y lo hizo como pudo; a veces desde los medios, otras colocando en situación de ataque a los diputados provinciales que le responden, minando -cuando todavía tenía línea directa de llegada a la Casa Rosada- la relación entre el gobernador y la presidente, Cristina Fernández de Kirchner; plantando precandidatos alternativos a la gobernación del año próximo, etc. Etc.
La traumática situación y resolución de la crisis de Alpesca también lo tuvo como protagonista, como le enrostró hace poco el gobernador, ya que no hizo gestión alguna cuando era la persona que decidía desde el ministerio de Nación todo lo concerniente a pesca en la Argentina. Sus diputados finalmente terminaron votando la declaración de utilidad pública, pero en el interín forzaron discusiones, demoraron decisiones y finalmente dejaron abierta, aunque ahora lo niegan, la posibilidad de un juicio político a Buzzi por el crédito, oportunamente entregado, no al “Cura” Segundo sino a los trabajadores de la pesquera.
Estos movimientos de Yauhar también dejan descolocados a sus aliados tácticos, como parece ser el vicegobernador Gustavo MacKarthy, quien ahora fue sorprendido con la pegatina de carteles “Gustavo 2015”, postulación que alienta, pero no a través de una amenaza de juicio al actual gobernador, su compañero de fórmula y gestión, más allá de que se sabe que hace tiempo cada uno camina por separado.
La pelea es el 2015 y cada uno la lleva adelante con las armas que tiene y de la manera que siempre las utilizó. Para llegar bien parados, algunos saben que solo pueden avanzar sobre la cabeza de los otros y entonces no dudan en poner en juego la gobernabilidad y queda evidenciado que una de las aspiraciones concretas es cambiar las reglas de juego, dejar de lado las PASO, y volver a las internas cerradas y al desdoblamiento electoral.
Por algo, sobre la acusación del golpe Buzzi afirmó que hará todo lo que este a su alcance para imponer el sistema de Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia. No es casual porque aquellos que siempre confiaron en resolver las cuestiones a la vieja usanza tienen temor a este mecanismo que, como escribimos en nuestra primera columna de opinión, es lo más cercano a la elección de candidaturas de manera democrática.
La intención de varios es que se vote en internas cerradas, en la que los caudillos partidarios pueden imponer sus candidatos, y también en fecha desdoblada a la elección presidencial porque también saben que, pese al lógico desgaste del modelo y a que el actual oficialismo no tendrá el año próximo al candidato ideal, pierden sus chances porque, por decisión propia, irán con otra boleta presidencial, que tiene mucho protagonismo en los medios pero muy poca llegada directa y concreta en la gente.
El gobierno se equivocó en victimizarse con el caso Dufour (ya hemos hablado de la falta de sentido común en denunciar violencia de género por la doble ausencia de la ministro a la interpelación por Alpesca). En esta ocasión la denuncia, aunque muy poco clara, parece tener asidero. Rl problema es que este tipo de acusaciones no se pueden hacer en clave.
En política la mayoría debería estar unida por lealtades, doctrina y proyecto, pero también se sabe -y esto lo dijo uno de los escritores más importantes de la Argentina y el mundo- que a varios “no los une el amor sino el espanto”, y eso, también se sabe, no es nada bueno sino un conglomerado de rencores y ambiciones.

Fuente: Saúl Gherscovici

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico