Sin embargo este chico -acompañado de otro amigo G.A.V, de 10 años- fue encontrado ayer por un móvil de la Seccional Primera destruyendo la ventanilla de un auto con fines de robo.
Los hechos se desencadenaron a las 2:30 cuando los efectivos escucharon un ruido para ellos inconfundible. Cuando llegaron a la intersección de las calles 25 de Mayo y Rivadavia notaron que, efectivamente, habían hecho estallar con un objeto contundente uno de los cristales de un Ford Orión patente AMX 865 que su propietario, Sergio Véspoli, había dejado estacionado.
Sin el obstáculo del vidrio, los chicos trataban de forzar la puerta ayudados con un destornillador que les fue secuestrado cuando fueron detenidos.
Ambos fueron conducidos a la comisaría desde donde se informó a la Fiscalía de turno. Y, como establece la ley, se dispuso el aviso inmediato a los padres. El mayor de los dos -que reside con su familia en el barrio Quirno Costa- fue retirado por sus padres a las 3:40 de ayer. El de 8, en cambio, tuvo que esperar hasta casi las 10:30 cuando finalmente sus progenitores se lo llevaron a casa. De este menor sólo trascendió que nació en Trelew.
En ambos casos los efectivos policiales aseveraron que era la primera vez que fueron demorados por un hecho delictivo y que, por lo que sabían, tampoco integraban los clanes que suelen dedicarse a robar autos o los que se les presente oportuno.
Lo que aún no había quedado en claro ayer era si desde la Fiscalía se imputaría a los chicos por «robo en grado de tentativa» o bien por «daño» puesto que aunque no se llevaron objetos provocaron destrozos en un vehículo.
Desde la Comisaría se aseveró además que hasta el momento no se había registrado una circunstancia similar en menores de tan corta edad.
Dos chicos de 8 y 10 años, demorados por la policía
G.E.A tiene el dudoso privilegio de ser protagonista de un hecho policial a los 8 años, la misma edad en que otros chicos comienzan el segundo grado y buscan divertirse con juegos propios de esa edad.