La decapitación a una veintena de ciudadanos coptos de Egipto en Libia a manos del Estado Islámico (EI), generó una creciente ola de repudio internacional, mientras el ministro de Exteriores de Egipo, Sameh Shukri, arribó ayer a Estados Unidos donde pedirá a la comunidad internacional que “afronte su responsabilidad” y adopte medidas “fuertes y efectivas” contra el grupo yihadista.
Shukri se reunirá “urgente e inmediatamente” en Nueva York con responsables de alto rango de la ONU, como el secretario general de la organización, Ban Ki moon, y los quince miembros del Consejo de Seguridad, Informó en un comunicado la cancillería egipcia.
Por instrucciones del presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, en sus entrevistas el canciller dará precisiones sobre la actual situación “generada por la vil acción terrorista que afectó a ciudadanos egipcios a manos de la organización terrorista Estado Islámico en Libia”, menciona el texto oficial de El Cairo.
El domingo, el EI difundió un video en el que muestra cómo ejecuta a una veintena de coptos egipcios que fueron secuestrados en la ciudad de Sirte, en el norte de Libia, por extremistas leales al grupo yihadista en ese país.
Diversos gobiernos condenaron la decapitación masiva, aunque no todos coincidieron en el origen y solución del problema que representa la expansión del EI.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, condenó el asesinato, y expresó la solidaridad de la UE con el pueblo y gobierno egipcios.
Mogherini también señaló que esta acción “representa un duro recordatorio de la situación que viven los civiles en Libia, ya sean ciudadanos libios o inmigrantes y cualquiera que sea su fe”.
Por su parte, el gran Mufti de Egipto, la más alta autoridad islámica del país, condenó duramente la decapitación de los coptos.
“Los asesinos merecen la maldición de Alá”, dijo el Mufti, pidiendo a las naciones árabes y a la comunidad internacional que reaccionen “seriamente” contra “estos criminales”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que en su momento afrontó también una ola de islamismo armado, condenó “tajantemente” el “monstruoso crimen”, convencido de que sus “ejecutores y autores serán detenidos y castigados como lo merecen”, señaló un comunicado del Kremlin.
Pero portavoces del gobierno rebelde libio de cuño islamista establecido en Trípoli, si bien se sumaron a las críticas atribuyeron el crimen -que su ministerio de defensa puso en duda- a que Egipto “quiere exportar sus problemas al extranjero” con una “agresión de la soberanía de Libia”.
El portavoz del Consejo Supremo para la Defensa de Trípoli, Mohamad Abdul Kafi, anunció que presentará “quejas urgentes a la ONU y a las organizaciones internacionales de derechos humanos” contra el presidente egipcio y sus “tropas brutales”.