La Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre del año puso blanco sobre negro el drama de casi 6 millones de personas y 1,7 millones de familias en España, desempleadas y sin opciones laborales en un país entregado al ajuste y a la precariedad.
“¿Necesitan camarera?”, pregunta una joven estudiante española en el céntrico restaurante 213 de Barcelona. Es la cuarta persona que entra en dos horas.
En la puerta no hay ningún anuncio de ofrecimiento de trabajo, como no lo hay en casi ningún comercio, ni bar, ni restaurante de la ciudad condal. Hace unos cinco años, la imagen era radicalmente distinta.
“Antes conseguías trabajo de forma directa en el sector servicios, había anuncios, pero ahora la situación es desesperante”, explica Janet Cordini, una mujer boliviana con nacionalidad española en la puerta de los Servicios Públicos de Empleo (INEM).
Janet lleva 12 años en España y trabajó como empleada doméstica durante mucho tiempo, pero desde que comenzó la crisis sólo consiguió trabajo temporal en hoteles con “contratos basura”.
Parada en la puerta de una oficina del INEM (los Servicios Públicos de Empleo Estatal) cuenta que los salarios que se pagan por este tipo de trabajos son “una miseria” y la reforma laboral aprobada recientemente por el gobierno de Mariano Rajoy permite al empleador despedir a un “bajo costo”.
“Las condiciones de trabajo son duras y los salarios malos, los españoles no quieren este tipo de puestos y a las extranjeras no nos queda más opción que aceptar. Pero ya ni siquiera así es sencillo”, relata.
COMPLEJA
La situación de Janet es compleja, ya que su caso entra en el de 1.737.900 familias que al finalizar setiembre tenían a todos sus miembros desocupados, de acuerdo con la EPA.
Su marido es “planchador” -especialista en chapa y pintura para vehículos- y lleva dos años desocupado. “La semana pasada fue a una entrevista de trabajo y había como 50 personas”, dice, lamentándose. Esta mujer sobrevive con un subsidio de 300 euros, pero no sabe cuánto tiempo más va a aguantar.
“Hay que pagar el alquiler, las cuentas. Mi marido se quiere ir pero yo no, no es tan sencillo”, dice. Los datos no son nada alentadores, el incremento del desempleo impactó más en las mujeres en el último trimestre, con 75.500 desempleadas más, en comparación con los 9.500 de los hombres.
La situación de desempleo en España es alarmante si se tiene en cuenta que la población activa experimentó un descenso en 12.000 personas en el tercer trimestre, hasta situarse en 23.098.400 personas.
Datos recientes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) revelaron que en los primeros nueve meses de 2012 más de 400.000 personas abandonaron el país por la crisis, la gran mayoría inmigrantes (365.000).
Pero de las que se quedan, una de cada cuatro personas en edad laboral y que quieren trabajar no encuentran un puesto en España, es decir el 25,02% de la población activa, 5.778.100 personas.
El dato más preocupante es que lejos de frenar la sangría de desocupados, las políticas de ajuste neoliberal y la reforma laboral del gobierno destruyeron empleos en un escenario de recesión, la segunda en tres años.
En el último trimestre, en un momento en el que el país atraviesa su segunda recesión en tres años, el número de ocupados descendió en 96.900 personas (-0,56%).
De los empleos destruidos entre julio y setiembre, 49.400 pertenecen al sector público y 47.600 al privado -en todos los sectores salvo la industria-, una consecuencia directa de las políticas de recortes de gasto en el Estado con el objetivo de reducir el déficit público del país, y de la implementación de la reforma laboral que facilita el despido.
“El panorama es muy malo, malísimo, llevo 4 años en España y sólo trabajé en forma continuada durante un año en la construcción”, dice Daniel Días, uruguayo de 29 años.
Daniel explica que en el último año hizo trabajos temporales y que se accidentó, por lo que está tramitando un subsidio de desempleo.
Por ahora, él, su mujer y su hija sobreviven con ayudas oficiales, una renta básica, pero dice que “no quiere pensar mucho porque ve todo muy oscuro”.
- 27 octubre 2012