El Gobierno y el Vaticano deben acordar reemplazante de Baseotto

El Gobierno argentino y el Vaticano deberán abocarse a consensuar la designación del nuevo obispo castrense que reemplazará a monseñor Antonio Baseotto, cuya renuncia fue aceptada ayer por el papa Benedicto XVI, dos años después de que el presidente Néstor Kirchner lo desconociera de su cargo.

Buenos Aires (Télam)
El Vaticano hizo oficial ayer la aceptación de la dimisión de Baseotto, que había sido presentada por el obispo con motivo de cumplir los 75 años, el límite de edad que establecen las normas canónicas para cumplir tareas pastorales, el pasado 4 de abril.
Sin embargo, el pontífice no designó aún a su sucesor, que debe contar con el aval del Poder Ejecutivo, y como interino en el cargo se desempeñará el vicario general de la diócesis castrense, monseñor Pedro Candia, mientras que Baseotto pasará a ser obispo castrense emérito.
La información se conoció oficialmente ayer por la mañana en forma simultánea en Roma mediante L’Osservatore Romano y en Buenos Aires a través de la agencia AICA, luego de que lo informara el nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini.
La versión ya había circulado el lunes en medios gubernamentales y eclesiásticos, que se mostraron ayer molestos por la difusión de la noticia antes de que el Vaticano la hiciera oficialmente pública.
En tanto, la cúpula del Episcopado argentino recibió la noticia en Aparecida, Brasil, donde participan de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que fue inaugurado el domingo por el Papa y que sesionará hasta fines de mes.
Voceros de la delegación argentina en Aparecida comentaron que la decena de obispos que se encuentra allí, entre ellos el titular del Episcopado, cardenal Jorge Bergoglio, se enteraron ayer a la mañana de la noticia que «estaban esperando que sucediera de un momento a otro».
Desde la Secretaría de Culto, en tanto, prefirieron no hacer comentarios para sumar «prudencia» a la negociación que ahora deberán entablar para la designación del sucesor de Baseotto.

CONTROVERSIA CON EL GOBIERNO
El gobierno de Néstor Kirchner había pedido la remoción de Baseotto en marzo de 2005, luego de que se conociera una carta del prelado al ministro de Salud, Ginés González García, en la que lo criticaba por su postura sobre la despenalización del aborto y el reparto de preservativos.
En esa misiva, Baseotto utilizó una cita bíblica donde Jesús afirma que «los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar», lo que para el gobierno se trató de una apología de los temibles «vuelos de la muerte» que se realizaban en la dictadura militar.
Como el Vaticano se negó a remover al obispo inmediatamente, el gobierno argentino le quitó el rango de subsecretario y el sueldo que el Estado paga al obispo castrense y lo desconoció en ese cargo.
Luego de la polémica, se iniciaron gestiones reservadas entre el Ejecutivo y el Vaticano -a través de la Nunciatura Apostólica y la Secretaría de Culto, que encabeza Guillermo Oliveri-, para estudiar distintas alternativas.
Ahora, con la aceptación de la renuncia, estas gestiones continuarán para designar al sucesor de Baseotto, que debe contar con el consentimiento del gobierno argentino, tal como lo establece el acuerdo de creación de la diócesis militar firmado por el Vaticano y la Argentina en 1957.
La Iglesia argentina ya envió a Roma una terna de candidatos que estaría integrada por los obispos de Chascomús, Carlos Malfa; de Avellaneda, Rubén Frassia; y un tercero que podría ser el obispo de Rafaela, Carlos Franzini, o el vicepresidente segundo del Episcopado, Agustín Radrizzani, según distintas fuentes.
No obstante, un sector del oficialismo aspira directamente a denunciar el acuerdo firmado entre la Argentina y el Vaticano en 1957 que estableció su creación y eliminar el obispado castrense.
La senadora justicialista Adriana Bortolozzi de Bogado presentó el 28 de marzo, cuando todavía estaba pendiente la aceptación de la renuncia de Baseotto, un proyecto en ese sentido que fue girado a la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, que encabeza Carlos Reutemann.
El proyecto establece que, a partir de la vigencia de la norma, «cesarán en sus funciones el obispo castrense, el obispo auxiliar castrense, los capellanes mayores, los sacerdotes militares de cada una de las fuerzas armadas y quienes desempeñen funciones eclesiales análogas en las fuerzas de seguridad».

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