El museo a cielo abierto en El Bolsón

Conocido en lengua originaria mapuche como el Cerro colgado de las nubes, el Piltriquitrón está ubicado en la Cordillera de los Andes, a pocos minutos del centro de la ciudad de El Bolsón en el sur de la provincia de Río Negro. Con una altura total de casi 2300 metros sobre el nivel del mar, este gigante natural es la referencia turística inevitable en este destino, y alberga desde hace unos veinte años un singular museo escultórico a cielo abierto, construido en la madera de gigantes lengas muertas que sufrieron un feroz incendio hace cuatro décadas, devolviéndole la vida a esta mágica montaña patagónica: El Bosque Tallado. El recorrido hacia el Bosque Tallado promete magia y misticismo en un entorno cobijado por la flora nativa, comienza en el corazón de la ciudad de El Bolsón, transitando por la mítica ruta Argentina Nº 40 (RN40). Luego, saliendo de la localidad rumbo sur se debe transitar por el camino de ripio que lleva al sector conocido como "Villa Turismo", cuyo recorrido después de diez kilómetros finaliza en la plataforma del Piltriquitrón, lugar donde se pueden estacionar los vehículos en el playón para tal fin, contando con un primer mirador panorámico de El Bolsón desde donde inician vuelo los parapentes. Desde allí, un sendero de mil metros con una duración de entre 30 minutos y una hora, dependiente del grupo y su ritmo, es recorrido a pie diariamente por familias con niños y personas mayores, exclusivamente tomando los básicos recaudos: calzado cómodo, agua y protección del sol. EL CONJURO DEL ARTE En 1978 y 1982, dos feroces incendios azotaron su bosque. Por años, un cementerio de gigantes lengas tiñó de un aspecto sombrío a buena parte de este pulmón cordillerano, hasta que en 1998, la iniciativa de un escultor dio vida a una propuesta que hoy llena de luces y magia a este lugar: El Bosque Tallado. Marcelo López y su compañera, en una caminata por el bosque se toparon con el imponente y desolador paisaje de lengas quemadas y la triste postal devino en la propuesta de convocar a escultores de todo el país para hacer con ellas, magníficas obras de arte en un lugar de ensueño, en las alturas, en las montañas que resguardan la vida de El Bolsón. En noviembre de ese año, 13 fueron los artistas que compartieron una semana de trabajo. Las obras se quedaron para siempre en el bosque, por supuesto, a modo de ofrenda. El evento tuvo cinco ediciones más: en 1999, 2003, 2006, 2010 y 2014. Reúne 56 piezas que han sido elaboradas desde 1998 y se consolida como una de las principales atracciones turísticas de la Comarca de los Andes, camino de a la cima del Piltriquiltrón, a 1400 metros sobre el nivel del mar. UN PARAÍSO PARA LA CONTEMPLACIÓN El circuito cuenta con miradores hacia el pueblo y hacia la Cordillera, con mesas y sillas para pasar el día. Algunas obras están ubicadas en perspectiva al pueblo, constituyendo postales ineludibles para quien gusta de atesorarlas en fotografías y videos. Otras, en tanto, pueden recorrerse en un sendero de 500 metros como parte de una senda que insume poco más de media hora de caminata. En el bosque se les brinda a las familias agua potable de deshielo, que llega entubada desde tres mil metros. También hay baños ecológicos y proveeduría. El acceso al bosque tiene una entrada de $100 (cien pesos), de la que están exentos los menores de diez años, jubilados, pensionados y también los residentes en la Comarca de los Andes. Lo recaudado colabora con el mantenimiento del lugar.

Conocido en lengua originaria mapuche como el Cerro colgado de las nubes, el Piltriquitrón está ubicado en la Cordillera de los Andes, a pocos minutos del centro de la ciudad de El Bolsón en el sur de la provincia de Río Negro. Con una altura total de casi 2300 metros sobre el nivel del mar, este gigante natural es la referencia turística inevitable en este destino, y alberga desde hace unos veinte años un singular museo escultórico a cielo abierto, construido en la madera de gigantes lengas muertas que sufrieron un feroz incendio hace cuatro décadas, devolviéndole la vida a esta mágica montaña patagónica: El Bosque Tallado.

El recorrido hacia el Bosque Tallado promete magia y misticismo en un entorno cobijado por la flora nativa, comienza en el corazón de la ciudad de El Bolsón, transitando por la mítica ruta Argentina Nº 40 (RN40). Luego, saliendo de la localidad rumbo sur se debe transitar por el camino de ripio que lleva al sector conocido como “Villa Turismo”, cuyo recorrido después de diez kilómetros finaliza en la plataforma del Piltriquitrón, lugar donde se pueden estacionar los vehículos en el playón para tal fin, contando con un primer mirador panorámico de El Bolsón desde donde inician vuelo los parapentes.

Desde allí, un sendero de mil metros con una duración de entre 30 minutos y una hora, dependiente del grupo y su ritmo, es recorrido a pie diariamente por familias con niños y personas mayores, exclusivamente tomando los básicos recaudos: calzado cómodo, agua y protección del sol.

EL CONJURO DEL ARTE

En 1978 y 1982, dos feroces incendios azotaron su bosque. Por años, un cementerio de gigantes lengas tiñó de un aspecto sombrío a buena parte de este pulmón cordillerano, hasta que en 1998, la iniciativa de un escultor dio vida a una propuesta que hoy llena de luces y magia a este lugar: El Bosque Tallado.

Marcelo López y su compañera, en una caminata por el bosque se toparon con el imponente y desolador paisaje de lengas quemadas y la triste postal devino en la propuesta de convocar a escultores de todo el país para hacer con ellas, magníficas obras de arte en un lugar de ensueño, en las alturas, en las montañas que resguardan la vida de El Bolsón.

En noviembre de ese año, 13 fueron los artistas que compartieron una semana de trabajo. Las obras se quedaron para siempre en el bosque, por supuesto, a modo de ofrenda. El evento tuvo cinco ediciones más: en 1999, 2003, 2006, 2010 y 2014.

Reúne 56 piezas que han sido elaboradas desde 1998 y se consolida como una de las principales atracciones turísticas de la Comarca de los Andes, camino de a la cima del Piltriquiltrón, a 1400 metros sobre el nivel del mar.

UN PARAÍSO PARA LA CONTEMPLACIÓN

El circuito cuenta con miradores hacia el pueblo y hacia la Cordillera, con mesas y sillas para pasar el día. Algunas obras están ubicadas en perspectiva al pueblo, constituyendo postales ineludibles para quien gusta de atesorarlas en fotografías y videos. Otras, en tanto, pueden recorrerse en un sendero de 500 metros como parte de una senda que insume poco más de media hora de caminata.

En el bosque se les brinda a las familias agua potable de deshielo, que llega entubada desde tres mil metros. También hay baños ecológicos y proveeduría.

El acceso al bosque tiene una entrada de $100 (cien pesos), de la que están exentos los menores de diez años, jubilados, pensionados y también los residentes en la Comarca de los Andes. Lo recaudado colabora con el mantenimiento del lugar.

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