Aunque con un cierto cansancio, el Papa Francisco se manifestó alegre esta mañana durante la audiencia con el presidente de Madagascar, Rajaonarim Ampianina.
El coloquio privado en la sala de la Biblioteca duró 10 minutos, ante la presencia de un intérprete francés. El Pontífice, con un poco de tos y con voz muy baja, saludó luego a la numerosa delegación, entre los cuales los cinco hijos del presidente del país africano.
El Papa, tras el malestar el viernes que lo llevó a cancelar la visita al policlínico Gemelli de Roma, reanudó así la actividad normal. Por la mañana recibió en audiencia al cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los obispos y luego al presidente de Madagascar.
Están previstas audiencias a la delegación del Patriarcardo ecuménico de Constantinopla (con un discurso) y al presidente del Consejo pontificio para los operadores sanitarios.