El primer poblador de Ciudadela ya tiene plaza en su honor

Cerca del mismo sector donde estaba ubicado Gas del Estado, que creció al ritmo del inquilinato que ofreció en su tambo a los primeros albañiles de la urbanización, se levantó la plaza en honor a Francisco Martínez Requena, quien se había establecido con el tambo "El Porvenir" en 1944.
Obras Públicas y Parques y Paseos ya culminaron todas las tareas en el espacio verde que solo aguarda el corte de cintas formal para el próximo martes 4 de agosto.
El espacio se ubica muy cerca del ex Gas del Estado, concretamente en el espacio delimitado por las calles El Payador, La Tradición, El Baqueano y Juan Pablo Burgueño, según infirmó Francisco Martínez Alvarez, hijo del homenajeado que llegó a Ciudadela con su padre contando con 8 años de vida.
Francisco Martínez Requena fue de hecho el primer poblador del sector. Inmigrante español, había llegado a la ciudad en 1930 para instalarse en la esquina de Alem y Huergo con el tambo “El Porvenir", hasta que el general Angel Solari determinó la erradicación del ejido de los tambos, chancherías y mataderos, y comenzó a regir el plazo de 6 meses para que “El Porvenir” encontrara nueva ubicación.
Fue en el año 1944 cuando el tambo se instala en el camino a Diadema, junto a la vía, donde fueron a vivir don Francisco, su esposa María Luisa Alvarez, su hijo Francisco de 8 años, y Carmen Hilda, aún en el vientre materno, aunque después llegarían también Sara y Carlos.
En el lugar no había más que un zanjón y dos manantiales, además de un pozo tras la casa del que también se podía sacar agua con balde y roldana. En ese casco prosperó el tambo que alojó primero a la familia, después a cuatro peones y fue el lugar en que se levantaron las primeras piezas donde vivieron los pioneros –llegados de la mano de la construcción de Gas del Estado en 1947-, hasta que pudieron construir sus propias casas.
En plena expansión y con dos turnos de reparto, el tambo sumo 500 chivas en 3 años y algunas chanchas y siguió siendo la única casa de la zona hasta el mencionado 1947. El Porvenir funcionó incluso como proveedora a pequeña escala también para el consumo doméstico hasta 1957, cuando la enfermedad de Martínez Requena lo obligó a retornar a la ciudad hasta 1959, año en que falleció probablemente sin tomar conciencia de haber sido casi involuntariamente el fundador de un barrio comodorense.

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