El frío se hace sentir en Rada Tilly pero la tribuna ubicada encima del buffet del hipódromo Eduardo Napolitani, que permite ver toda la recta, es compartida por una treintena de niños, mujeres y hombres de campo esperanzados en que su dinero apostado sobre un equino no se esfume.
La primera jornada del turf en el hipódromo Eduardo Justo Napolitani realizó en total diez de las once competencias programadas con equinos de toda la región y los seguidores del turf se agolparon en gran número para disfrutar y ver si la timba los hacía volver a casa con un peso más.
Las manos en los bolsillos de los apostadores no sólo sirve para resguardarlas del frío comodorense sino también para que no se escape alguno de los billetes con la cara de Julio Argentino Roca y se lo lleve el viento.
En el buffet se mezclan niños que recien aprenden a caminar con apostadores viejos con latas de cerveza en la mano y boina que miran de reojo la programación y decidirse por la próxima carrera.
Las apuestas oficiales van desde los cinco pesos a ganador o exacta si ganan los dos primeros caballos elegidos hasta más de cien y cuando el lugar para recibir apuestas se habilita la gente se amontona de golpe.
En la primera jornada se dieron cita alrededor de sesenta ejemplares de toda la región, pero en la primera carrera matutina debió suspenderse porque tenía muy pocos caballos.
Con nombres extravagantes o risueños los caballos son identificados por sus seguidores y en la tribuna causa admiración y asombro ver la discusión de tres niños que todavía no van a la escuela pero apuestan por ‘Aguacero’ y ‘Duende’.
Finalmente Aguacero es el primero en cruzar el disco y el rubiecito pecoso con un gorro de lana y bufanda se lleva los aplausos mientras sus amigos le dan la razón.
Mientras tanto la gente mayor se amontona en el comienzo de la escalera baja apurada para ir a cobrar sus tickets y volver apostar en la última carrera de la tarde cuando comienza a caer el sol en la villa balnearia.
Algunos festejan porque ganaron y otros se quedan mirando su tickets sin premio pensando en que esa fue la última apuesta. Se acabo la timba, pero como reza el tango ‘Por una cabeza’ si algún pingo, llega a ser fija el domingo «Yo me juego entero que le voy a hacer».
- 07 mayo 2007