El cantante y compositor argentino Andrés Calamaro fue el encargado de cerrar la primera jornada de la 15ª edición del festival Cosquín Rock, encuentro que con carácter nacional reúne a bandas emergentes y consagradas del género, con un show que dejó a más de uno con ganas de seguir escuchando más clásicos de su historia.
El ex líder de Los Rodríguez regaló un inicio extremadamente energético junto a su banda: Sergio Verdinelli en batería, Baltasar Comotto, Julián Kanevsky y Mariano Domínguez en guitarra y Germán Wiedemer en teclados.
Calamaro decidió desgranar furiosamente los acordes de “Alta suciedad”, canción incluida en el disco homónimo que publicó en 1997, y continuar, acompañado por la misma intensidad y precisión, con “El Salmón”, tema que logró hacer palpitar a una multitud de niños, jóvenes y personas de la cuarta década.
Porque si hay dos cosas que caracterizan artísticamente a Calamaro es la facilidad de penetración y la vigencia musical que se cuela y atraviesa diferentes generaciones, cada una de ellas enmarcada en una etapa diferente de su vida, pero que sin embargo mantiene viva la misma esencia, desde su comienzo Con Raíces, en 1980, año tras año y formación tras formación.
La lista de temas que sorprendió y alegró a los 30 mil espectadores que latieron e hicieron las veces de coros, contempló también temas de su último disco, “Bohemio”, como “Doce pasos”, “Nacimos para correr”, “Cuando no estás” y “Rehenes”, entre otras, y delimitó un momento del show para invitar a desacelerar motores.
Entre los clásicos que movieron los recuerdos del público mayor, Calamaro interpretó “Mi enfermedad”, la siempre dulce y emotiva “Todavía una canción de amor”, que se ganó más que una piel de gallina, al igual que “Paloma”, y otras con menos trayecto pero igualmente impactantes como “Estadio azteca” y “Loco”.
Otro instante emotivamente potente estuvo marcado por el hermoso “Flaca”, cuasi recitado por el público y con una cortina de lluvia que engalanó cada acorde, sucesor de “Volver”, una versión con la que Calamaro mantuvo presente a Carlos Gardel, para finalmente despedirse, después de interpretar “Los Chicos”, con “Sucio y desprolijo”, otro homenaje pero en esta ocasión al padre del blues, el fallecido Pappo.
Sobre el mismo escenario pero una hora antes, pasaba Babasónicos con Adrián Dárgelos a la cabeza, Panza Castellano en batería, Mariano Roger y Diego Rodríguez en guitarras, Diego Tuñón en teclados, Tuta Torres en bajo y Carca en guitarra y percusión, que antes había estado presentándose junto a su banda en el escenario Alternativo, endiablando los acordes de “Vos no tenés un buen look”, y mostrando su costado más sensible con los más íntimos blues.
Los Auténticos Decadentes, otra banda protagonista de la noche, alegró y llenó de color el predio fusionándolo con una atmósfera alegre y un público participativo que no hizo otra cosa que bailar mientras acompañaba la voz de Cucho.
JORNADA
SUSPENDIDA
La segunda entrega de festival Cosquín Rock, que se iba a realizar ayer en el aeródromo de Santa María del Valle de Punilla, con bandas consagradas y emergentes de todo el país durante tres días en las sierras cordobesas, se suspendió debido a las malas condiciones climáticas.
La fecha que se iba a realizar ayer se pospuso para el martes manteniendo, en un comienzo, la misma programación musical.
El martes 17 será la noche de los mexicanos de Molotov, que serán secundados por Skay y Los Fakires, IKV, Kapanga, Eruca Sativa, Catupecu Machu, Boom Boom Kid, La Perra que los Parió, Planeador V y Sick Porcky en el escenario principal, que comenzará a sonar a las 15.
Media hora más tarde, desde las 15:30, del escenario temático, que tendrá su día de rock chabón, participarán las bandas Los Gardelitos, Jóvenes Pordioseros, la banda de Patricio Fontanet, Don Osvaldo, Viticus, Ojos locos, La Mississippi, Blues Motel, Culpable de este Sentimiento, Pista 2 y La Furia de Petruza.