El transporte pone en jaque al municipio

En el municipio analizaban ayer la amenaza de la empresa Patagonia Argentina de restringir algunos recorridos por la inseguridad. El secretario de Gobierno, Eduardo Bernal, instó a los autores del ataque a deponer su actitud. El gremio de los choferes, en tanto, también estudia medidas de protesta.

En el municipio no saben qué camino tomarán si es que -tal como adelantó ayer Diario Patagónico- la empresa Patagonia Argentina resuelve suspender algunos de sus recorridos en sectores que considera como poco seguros para el chofer y los pasajeros.
Es que la letra fría del contrato obliga a la empresa a cumplir con la concesión, pero el mismo secretario de Gobierno, Eduardo Bernal, admitió que la situación es más que grave para algunos colectiveros.
«Le pido a la gente que tenga por lo menos respeto por los servicios que piden. A los propios menores o a los que se reúnen para atentar contra la vida del resto, les pido que por favor reflexionen», instó.
El ataque que sufrió una unidad el lunes pasado en Valle C fue la gota que colmó el vaso. «No pueden estar la empresa, la policía y la Municipalidad vigilando cada ómnibus para que no lo ataquen, como tampoco lo podemos hacer en los cruces para evitar que choquen. Creo que esto es producto de gente que sale alcoholizada, o que consume otras sustancias, porque otra explicación no le encuentro», señaló Bernal.
El funcionario dijo además que «si suspendemos el servicio, perjudicamos a la mayoría, no a los inadaptados, y estamos cediendo a presiones de minorías insignificantes; por eso apelo a la conducta de la gente. Si la empresa decide restringir el servicio, veremos qué medidas tomaremos».

GREMIO EN ALERTA
Arturo Rigoni, de la Unión Tranviarios del Automotor (UTA), aseveró por su lado que «estamos evaluando las medidas a tomar; estamos muy preocupados por el tema y vemos que la Municipalidad y las uniones vecinales no toman cartas en el asunto en los distintos barrios en los distintos hechos».
El dirigente sostuvo que además de las agresiones físicas, los choferes y pasajeros sufren robos. «Tuvimos una época donde los patrulleros hicieron un seguimiento, pero fue una experiencia que no duró nada. Ahora los mismos policías que ven que están en la garita molestando, pidiendo peaje para no romperles los vidrios al chofer, no les hacen nada; ni siquiera les piden documentos».
El integrante del sindicato admitió que la decisión de restringir las recorridas durante los fines de semana «también va a generar bronca porque van a pagar los justos por los pecadores, pero es un tema del que deben tomar parte los vecinos que ven a la gente que está rompiendo vidrios y no dice nada: hay angustia y silencio», indicó el sindicalista, quien adelantó que su gremio se encuentra en estado de alerta y movilización por el tema.

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