Emplean tecnología nacional para ampliar vida útil de central nuclear

La Comisión Nacional de Energía Atómica concluyó la laminación de los más de 400 tubos de presión necesarios para extender la vida útil de la Central Nuclear Embalse, lo que le permitirá sustituir importaciones de componentes nucleares con desarrollo propio, además de instalarse como un nuevo proveedor en la materia tanto a nacional como internacional.

El Plan Nuclear lanzado en 2006, con el soporte del Ministerio de Planificación Federal, permitió a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) desarrollar la capacidad de implementar alta tecnología y formar los recursos humanos específicos para replicar la tecnología canadiense CANDU.

“Haber finalizado estos tubos el pasado 17 de diciembre constituye un logro tecnológico para la CNEA y para el país”, afirmó el físico Pablo Vizcaíno, a cargo del Departamento Tecnología de Aleaciones de Circonio de la CNEA que llevo adelante el proceso de fabricación de esos componentes nucleares.

“Fue un gran desafío encarar y ejecutar este proyecto, que representó la incorporación de equipamiento, para la planta (CNEA) y para el laboratorio, para desarrollar la tecnología, para hacer investigación aplicada, para esos temas, y fundamentalmente significó mucho trabajo” agregó.

El país tendrá así la posibilidad de convertirse en proveedor de componentes para la cuarta central nuclear proyectada para Argentina y también para otras centrales de este tipo instaladas en otros países que entren en un proceso de extensión de vida similar al que se realiza en Central Embalse, en Córdoba.

“El tubo de presión es el componente más exigido en este tipo de reactores y no es un producto seriado: por criterios de diseño debe durar toda la vida útil del reactor (30 años), por eso a los canadienses les interesaba tener proveedores alternativos de este componente” explicó Vizcaíno.

Los técnicos de ese Departamento de la CNEA son los que llevaron adelante el desarrollo e implementación de la tecnología de fabricación de este componente nuclear, proceso en el que Argentina es uno de los pocos países del mundo que puede hacerlo por fuera de Canadá, país diseñador y proveedor de esta tecnología.

La Comisión, al desarrollar la tecnología, garantiza un elemento fundamental para la Central, pues genera un avance significativo en la metalurgia argentina, sustituye importaciones y se instala como proveedor alternativo de estos materiales para Centrales Candú.

Los tubos de presión son el componente más exigido de estos reactores: operan a temperaturas de entre 250 y 300 grados centígrados, soportan 100 atmósferas de presión interna y están sometidos al flujo neutrónico producto de la fisión del uranio.

Viscaíno explica que en su interior se ubican los elementos combustibles y el agua pesada refrigerante.

Dentro de estos canales se produce la fisión del uranio. El calor que libera la reacción se extrae y utiliza para generar el vapor que finalmente mueve la turbina que genera la energía eléctrica.

“Reproducimos procesos con una tecnología similar cuyas variantes fueron aprobadas por la Atomic Energy of Canada Ltd, y trabajamos con CONUAR-FAE, empresas asociadas a CNEA ubicadas en el predio del Centro Atómico de Ezeiza- que participan en las últimas etapas de fabricación de estos componentes”.

Los estudios de envejecimiento de componentes y de factibilidad para la extensión de vida de la Central Nuclear Embalse, que comenzaron en 2007, determinaron la necesidad de reemplazar muchos de sus componentes. Entre ellos, los tubos de presión, pieza fundamental de los reactores de tecnología CANDU.

En 2009 el Congreso nacional promulgó la Ley 26.566, para la construcción y puesta en marcha de la Cuarta Central Nuclear y la extensión de la vida de la Central Nuclear Embalse, en el Marco del Plan Nuclear que lleva adelante el Gobierno nacional.

En ese contexto, la Planta Piloto de Fabricación de Aleaciones Especiales (PPFAE) de la CNEA fue certificada como proveedor de materiales de calidad nuclear, a las empresas de capital mixto (privado y estatal) CONUAR y FAE, acreditadas por la Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos (ASME, en inglés), para el diseño, construcción, inspección y pruebas para recipientes de presión.

“Esto garantiza que los componentes fabricados y procesados en Argentina cumplen con los requisitos más exigentes de calidad nuclear, lo que en el caso de los tubos de presión la convirtió en uno de los pocos proveedores alternativos para centrales tipo CANDU que existen en la actualidad en el mundo”, afirmó Vizcaíno.

Concluyó que “además de generar un beneficio económico, dado que la materia prima (tubo extrudado) representa entre 30 y el 40% del valor del tubo listo para instalar, la diferencia son divisas que quedan en el país en términos de sueldos de los trabajadores, inversiones en equipamiento y desarrollo tecnológico”.

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