Según estaba previsto, cuando concluyera el cónclave empresarial seguiría la reunión con el referente de SMATA en un intento por destrabar el paro que trajo inactividad en más de 20 estaciones de Comodoro Rivadavia. En general, había optimismo en hallar una solución que posibilitara el levantamiento de la medida de fuerza.
Cerca de las 18 de ayer se había constituido también otra mesa de negociaciones en la delegación de la Subsecretaría de Trabajo de la provincia. Participaron los propietarios de las estaciones de servicio y Agostinelli en representación de los playeros.
«Soy optimista y creo que las partes van a llegar a un acuerdo», había dicho Paz cuando por segunda vez en el día intentaba acercar a los involucrados en el conflicto.
Para entonces los diferentes sectores de la ciudad trataban de anticiparse a las consecuencias de un paro por tiempo indeterminado que comenzó en la primer hora del martes y que anoche avanzaba hacia las 48 horas.
En las calles la cantidad de autos disminuyó, dado que el paro tomó por sorpresa a más de uno y con el tanque de nafta vacío.
Los remiseros y taxistas comenzaron a suspender el servicio en la misma noche del martes, aunque algunos habían optado por recorrer los 80 kilómetros hasta Caleta Olivia en busca de combustible.
ACTIVIDADES
El transporte público de pasajeros absorbió el impacto de la falta de combustibles, aclarando que el paro no afectaría su servicio.
Por la mañana la Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut (ATECh) pidió a la ministro de Educación, Mirtha Romero, que evalué la continuidad de las clases. «Es que más allá de que hay colectivos, la mayoría de los docentes tienen poco tiempo para trasladarse de un trabajo al otro», expresaron desde el gremio.
Es por ello que en la nota enviada a la ministro se expresó que «la frecuencia de circulación irregular (más de 50 minutos de espera) y, teniendo en cuenta las condiciones climáticas, el medio geográfico, sobre todo la seguridad, es que solicito la urgente suspensión de actividades para el día de mañana», expresó Irma Tello, secretaria de la regional sur de ATECH.
Desde Supervisión se informó que descartaban la posibilidad de suspensión de actividades. «Decidimos que si hay colectivos, se puede dictar clases», indicó la supervisora María Quiles.
«No tuvimos ausentismo, o al menos comentarios al respecto», afirmó. Aunque sí se registró la falta de servicios de los colectivos escolares.
Las instituciones como la policía accedieron al abastecimiento de combustible, tal como se había anticipado desde Smata. La postal que se repitió en varios sectores de la ciudad, eran las estaciones cerradas con cintas indicando la falta de actividad; y un grupo de entre 15 y 20 trabajadores que circulaban por las calles constatando la adhesión a la medida.
Sobre el final de la jornada, los llamados a los medios de comunicación se sucedían consultando las novedades sobre el conflicto. La mayoría era consciente de que un día más de paro resentiría el funcionamiento total de la ciudad.