Rafael Correa gobernará por cuatro años más como presidente de Ecuador, al imponerse en primera vuelta en los comicios generales celebrados ayer en todo el país, según datos de boca de urna permitidos por la autoridad electoral y divulgados por la televisión local.
Las estimaciones indican que Correa obtuvo alrededor de 58,8 por ciento de los votos válidos, lo que le alcanza para imponerse sin necesidad de ir a una segunda vuelta.
Pacientemente, con expectativas y distendidos, los ecuatorianos se agolparon ayer frente a los centros de votación para participar de los comicios presidenciales y parlamentarios.
En la zona del Centro Histórico de Quito, los votantes formaban colas de no más de 15 personas bajo un cielo nublado y una temperatura de unos 20 grados, mientras el personal del organismo electoral socorría a aquellos ciudadanos que no encontraban en los padrones exhibidos en las paredes su lugar de votación.
La tranquilidad de los electores en la zona centro-norte de la ciudad contrastaba con el colorido que podía apreciarse en los centros de votación del populoso sur, donde se encuentra el Mercado de la Magdalena.
En una recorrida por diversos barrios quiteños, Télam llegó hasta ese enorme mercado, cuyo pintoresquismo no tiene nada que envidiarle a otros establecimientos similares como los del Puerto de Montevideo o el Mercado Central de Santiago de Chile.
Parado al lado de una inmensa pila de cangrejos vivos que no dejaban de agitar sus pinzas, Fausto, un veterano vendedor de la pescadería del mercado comentó al cronista que pensaba ir a votar a las dos de la tarde, una vez que la venta “aflojara” un poco.
El comerciante no tuvo problemas en confesar su intención de apoyar al actual presidente, Rafael Correa, a quien le reconoció una enorme cantidad de obras públicas que hasta ahora “nadie jamás había hecho”.
Despreocupado por la veda electoral, se explayó en explicaciones tales como que con las nuevas rutas hechas por el gobierno de Correa puede ir a la costa a buscar mercadería cuatro veces a la semana, luego de que antes, con los viejos caminos, hiciera el recorrido sólo dos veces, porque cada viaje duraba nueve horas.
En las puertas del mercado, un trío de músicos callejeros le daba colorido a la escena, en medio del incesante trajinar de clientes del comercio y votantes que iban o volvían de cumplir con su deber cívico a una cuadra de allí, en uno de los centros de votación más populares de Quito.
Una mujer que acababa de votar sorprendió a este enviado hablando en italiano. Ocurre que volvió al país hace meses luego de haber vivido 17 años en Roma, y reconocía que le costaba mucho más hablar en su lengua natal que en la adoptada.
La mujer dijo que estaba decepcionada por la situación en que se encuentra Ecuador, pero no explicó en qué basaba su comentario. Lo que sí quedó claro, es que en su caso su opción electoral no había pasado por apoyar al presidente.
De vuelta a la zona centro de Quito, frente a un establecimiento de la zona histórica se pudo advertir el arribo de uno de los vehículos destinados por el gobierno ecuatoriano para el desplazamiento de los votantes con discapacidades físicas.
Se trata del programa Tienen Derecho a Votar, que está coordinado por el actual vicepresidente, Lenín Moreno, quien se desplaza en silla de ruedas desde hace varios años, cuando recibió un balazo en un asalto.
- 17 febrero 2013