¡Es la “integración comercial”, estúpido!

El llamativo título de esta nota hace un paralelismo con la frase “es la economía, estúpido” (the economy, stupid), que fuera largamente utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre), que luego lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos. En este caso, se intenta realizar un análisis crítico de algunas de las medidas implementadas en la economía local, que tienden a obstaculizar el proceso de integración comercial con el resto del mundo.
Como es de público conocimiento, en el último semestre se han implementado diversos controles en pos de contener la fuga de divisas de la economía argentina. Además de los controles cambiarios, que redujeron sustancialmente las posibilidades de compra de dólares por ventanilla, se implementaron restricciones a las importaciones. Si bien en términos prácticos la medida permite aplacar la salida de dólares, también “esconde” consecuencias negativas sobre la economía. 
La medida de mayor control sobre las importaciones se ha intentado justificar bajo diversos argumentos. Entre los más comunes, se encuentra el que postula que se trata de “una estrategia de crecimiento mediante la sustitución de importaciones”.
Según este argumento, los controles implementados responden a una estrategia de crecimiento y desarrollo económico a seguir. Pero no hay que olvidar que hay diversos estudios --e incluso experiencias empíricas-- que demuestran que este tipo de estrategias de desarrollo, no son efectivas. Veamos.
La experiencia muestra que, a fin de cuentas, al restringir importaciones no se está haciendo otra cosa que privilegiar ciertos sectores sustitutos de importaciones en detrimento de otros. El problema es que a los primeros --los sectores sustitutos-- al cerrar las importaciones se les elimina la competencia externa; mientras que a los segundos se les encarecen los insumos y, por lo general, se reduce la calidad de los bienes producidos.
Asimismo, la historia económica global refleja que el modelo de sustitución de importaciones no ha sido eficiente en materia de crecimiento económico. Sin ir más lejos, nuestro país ha abrazado este camino en diversas oportunidades entre 1930 y 1975, con resultados cuando menos cuestionables.
Estudios empíricos reflejan que el ritmo de crecimiento del PIB ha sido superior en períodos en los cuales la economía local fue más abierta al mundo comercialmente. Por ejemplo, si se compara el crecimiento evidenciado entre 1939 y 1975 (período con control de importaciones) versus el de 1890 y 1918 (período de apertura comercial), se tiene que las tasas de crecimiento anual han sido superiores en el segundo período.
Asimismo, en el plano internacional, las economías que más éxito han tenido en materia de crecimiento en los últimos 50 años han estado acompañadas con procesos de integración comercial a nivel global.
Esto es con valores crecientes en cuanto a volúmenes de exportaciones e importaciones. Entre otros se encuentran las economías de Hong Kong, India, Chile, Indonesia, Irlanda, Tailandia, Malasia, China, Corea del Sur y Singapur.
En este sentido, la integración comercial --y no la sustitución de importaciones-- ha permitido incorporar más y mejor tecnología, y ha incentivado la generación de mercados internos más eficientes y competitivos, lo que se traduce en producción de bienes y servicios con un componente mayor de valor agregado y, naturalmente, un nivel de salarios de calidad.
La participación de las importaciones sobre el PIB en Argentina ronda actualmente el 16%, un guarismo reducido si se lo compara con el de los países que experimentaron tasas promedio de crecimiento más elevadas en los últimos 50 años, por lo que disminuirlo aún más podría afectar la eficiencia de la economía y, por ende, su desarrollo.
Se debe tener en cuenta además que del 16% del PIB que representan nuestras importaciones, 11,3 puntos porcentuales corresponden a  bienes de capital, bienes intermedios y accesorios; fundamentales para el normal desarrollo del aparato productivo local.
En este contexto, este tipo de políticas que mellan las posibilidades de mayor integración con el resto del mundo, difícilmente colaboren en materia de crecimiento y desarrollo para nuestro país.           

Fuente: Joaquín Berro Madero

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