“Este crecimiento no fue un viento de cola”

Tras hacer un detallado repaso de su gestión durante el último año, la presidente Cristina Fernández de Kirchner dijo que el crecimiento económico de la Argentina no se debe al “viento de cola”, sino “a partir de un modelo de desarrollo” donde los ejes principales son el mercado interno, del consumo popular y de la distribución del ingreso.
Al ingresar al Congreso para abrir por quinta vez consecutiva el año legislativo, Cristina Kirchner fue recibida por el vicepresidente Amado Boudou, quien en el inicio del acto había pedido un minuto de silencio por el accidente de Once. Durante poco más de tres horas, la Presidente afirmó que, según datos del FMI, Argentina es el tercer país que más creció durante 2011, y resaltó el crecimiento diversificado de la industria y las políticas de Estado para agregar valor y así “terminar con la dicotomía entre industria o producción primaria”.
También destacó que se logró llevar la desocupación a “la marca más baja”, 6,7 por ciento, y el “trabajo ilegal” al 34,3 por ciento y subrayó la necesidad de “la unidad y la organización de los sectores público y privado”, porque “enfrentados no logramos nada”. “Quienes tenemos responsabilidades debemos tener conciencia del mundo en el que estamos viviendo y el país que logramos construir, por eso, no me canso de apelar a la solidaridad, la unión y la correcta información”, sentenció.
La primera mandataria se refirió a la mejora en la distribución del ingreso que, según el índice Gini, entre el tercer trimestre de 2003 con el mismo período de 2011, bajó del 0,53 al 0,43, y explicó: “Todos saben que este índice se mueve muy lentamente y hacerlo descender en un punto significa un crecimiento en materia social sin precedentes en Argentina, que alcanza a ser el mejor ingreso de América Latina”, según la Cepal.
Asimismo, aseguró que la Nación” sigue protagonizando uno de los crecimientos vigorosos más importantes de los que se tenga memoria” y expresó que “esto no fue viento de cola, como algunos quieren afirmar”, sino producto de un modelo que ha hecho “del desarrollo de un mercado interno y el consumo popular, sus banderas”.
Luego sostuvo que para eso, entre 2003 y 2011, aumentó la inversión en toda la matriz de la industria, con generación de empleo, y destacó que el país alcanzó la tasa de desocupación “más baja” de las últimas décadas.
Por otra parte, sostuvo que “la política de subsidios fue uno de los factores que permitió el crecimiento de desarrollo, no sólo de los argentinos sino de numerosas industrias.” Y, en este sentido, ejemplificó que la mitad de las utilidades de la siderurgia son producto de subsidios, lo cual impacta en el mantenimiento de los puestos de trabajo y comercio. Por eso, dijo que, frente a quienes piden que el Estado deje de subsidiar, “a la hora de tomar decisiones hay que hacerlo con sintonía fina, estudiando los subsidios para orientarlos a quienes más necesitan y a las personas.

IMPORTACIONES
La mandataria defendió la política de importaciones -por la que recibió críticas de algunos sectores y de Uruguay- al sostener que “defender la industria nacional es poco menos que un sacrilegio”. Y para ratificarla mencionó que Argentina fue el segundo de los países del G-20 con mayor cantidad de importaciones, el 30 por ciento, debajo de la India, que llegó al 60. Esto, añadió, contradice la postura de “la mayoría proteccionista, que son adalides del libre mercado de las puertas para afuera” y cuyas importaciones “no superaron los dos dígitos”.
Asimismo, sostuvo que esto impacta en el trabajo de manera tal que el comercio internacional hace que haya “mucho transporte, porque hay mucho que transportar”. “Aquí están los números. Somos unos de los que más hemos exportado”, remarcó.
 “Todo esto nos obliga a mantener e impulsar las políticas que sostengan la demanda, que en criollo significa que la gente pueda tener mayor poder adquisitivo”, argumentó la mandataria, y destacó la vigencia de los sistemas de jubilación, pensión y la Asignación Universal por Hijo, que implican el 10 por ciento de la inversión social del PBI, que realiza el Estado, así como también elogió el sistema de flotación administrada que “mantuvo en equilibrio” la moneda nacional y permitió este desarrollo.
Asimismo, subrayó que el crecimiento económico e industrial “no se ha financiado como lo hicieron todos los gobiernos del mundo después de la crisis, donde la banca privada terminó por dirigir el crédito. En el mundo estamos viendo una escenario muy similar al de 2001 y nosotros lo que hacemos es por lo que nos pasó, por lo que aprendimos. Por eso, no dependemos del financiamiento externo para seguir creciendo”.
En ese contexto, criticó a quienes dice “que nadie invierte” y anunció, de acuerdo a estadísticas del FMI, que Argentina, en 2011, recibió inversiones por 25,3 por ciento de acuerdo al crecimiento del PBI, mientras que Brasil lo hizo por un 19,8 por ciento.
En materia agrícola, la Presidente destacó los récords en cosecha de granos, a pesar de la sequía, y en producción lechera. Pero sobre todo aseguró que “trabajaremos fuerte en los seguros contra todo riesgo” para los productores y acordar que “sea obligatorio como lo es por ejemplo para quienes transportan personas o mercadería. Ese seguro va a servir para que cada vez que tengan un problema, no deban acudir al Estado, a los fondos de los 40 millones de argentinos”.
Insistió también en la necesidad de un acuerdo con el sector agrícola y apuntó “enfrentados no hemos logrado nada”. “En aquella oportunidad sólo ganaron cinco o siete grande firmas que se llevaron todo”, sostuvo en referencia al conflicto con las entidades agropecuarias en 2008. “La unidad de los argentinos es lo básico, cada vez que hemos logrado algo juntos, hemos avanzado los trabajadores, los empresarios y el Estado. Todo tiene que tener un equilibrio armónico para que el país pueda seguir funcionando. No es fácil pero se puede, lo hemos demostrado en estos nueve años y creo que lo hicimos bien”.

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