Llegó al hospital Rawson a mediados de febrero con un fuerte golpe en la cabeza que lo tuvo peleando entre la vida y la muerte. Tras pasar seis meses internado, pudo reponerse, pero perdió la memoria completamente.
Aunque su fotografía circuló por los medios de San Luis y La Rioja, durante su estadía en el hospital nadie lo reclamó. El hombre que no sabe nada de sí mismo ahora está al cuidado de los voluntarios que cooperan con la Casa de la Bondad, donde aprende a ser un adulto a los 50 años.
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