Francisco Vidal, tripulante del buque Pensacola, FM del Mar

"El barco tenía que ir a reparaciones. Estábamos al límite, pero tenemos que trabajar para darle de comer a las familias. El barco se la bancaba. El desgaste de los fierros es algo que no podemos predecir. Los tiempos de la vida y la muerte no los pueden manejar pero (desde Prefectura) tienen que ser más precisos y hábiles. Ojalá que el día de mañana les den un curso acelerado de cómo se tienen que hacer las cosas. Dios no está solo en Buenos Aires; tiene que estar en todas partes".

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