Fue a robar con su hijastro de 9 años y lo abandonó en la huida

La utilización de menores con fines delictivos es un fenómeno cada vez más extendido en función de la inimputabilidad que solo determina la demora de estos al cometer ilícitos. Sin embargo, esta vez el caso escandaliza por la edad de quien a todas luces es una víctima de su entorno familiar, ya que ni siquiera tuvo poder de decisión en un robo que prácticamente terminó protagonizando.

 Fue el jueves sobre las 20, en una propiedad de la calle Ameghino 866, donde sobre el lateral de una casona corre un pasillo al que dan varios departamentos. Allí ingresó un hombre, acompañado de su hijastro de apenas 9 años, al que dejó sentado en una silla del patio compartido en calidad de “campana”.

El niño permaneció allí mientras su acompañante violentó las ventanas de uno de los departamentos ubicados en los fondos del patio, cortándose incluso con los cristales rotos donde dejó el rastro sanguinolento. El ladrón estaba en el interior de la vivienda cuando efectivos de la Seccional Primera llegaron al lugar alertados por vecinos.

Desde su lugar en la silla, el niño vio a la policía entrar al lugar y acercarse a él. Entonces les relató de modo espontáneo por qué se encontraba allí y con quién. Mientras se daba esta conversación en los exteriores, algunos efectivos se acercaron al departamento violentado, bajo la sospecha de que el ladrón permanecía adentro.

El hombre, que fue identificado aunque permanece prófugo, alcanzó a robar un anillo, dos relojes y la suma aproximada de $900 que encontró en la vivienda, de la que escapó por las ventanas traseras emprendiendo su huida por los tejados y dejando atrás lo que en teoría debía ser lo más valioso.

El niño fue llevado a la comisaría desde donde se comunicaron con familiares para que lo retiraran, ya que se trataba de que permaneciera el menor tiempo posible en la sede policial. Así, a los pocos minutos fue restituido a una tía.

El caso fue puesto en conocimiento de la Asesoría de Menores, a quien se le elevó copia de todas las actuaciones, aunque queda latente la pregunta de cuál es la dinámica a seguir para “salvar” a este pequeño de un camino delictivo que -sea por descuido o falta de escrúpulos de los mayores con quienes vive- parece tener trazado. 

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