Según precisaron fuentes oficiales a El Patagónico, el procedimiento lo llevo adelante personal del Escuadrón Sierra Grande de Gendarmería Nacional en conjunto con la delegación de Senasa, en un control de transporte de sustancias alimenticias refrigerada que se dirigía de Puerto Madryn y tenía como destino San Antonio Oeste.
Durante el control se constató que la mercadería no tenía ningún tipo de documentación sanitaria correspondiente para el traslado de la misma, y también carente de precintos reglamentarios, infringiendo la normativa del Senasa.
Por lo que se procedió al secuestro de un total de tres mil kilogramos de productos alimenticios, entre ellos: fiambres, pollo, pescado y carne de cerdo, describieron las mismas fuentes. Luego del decomiso la mercadería sería destruida.