En el TD Garden y por el Juego 6 de las Finales de la NBA, Golden State Warriors superó a Boston Celtics por 103-90 y se consagró campeón por cuarta ocasión en las últimas ocho temporadas.
El local salió dispuesto a imponer condiciones de entrada y comenzó el partido con un parcial de 14-2. Sin embargo, la visita reaccionó y terminó el primer cuarto arriba por 27-22. Llegó a anotar 21 puntos seguidos (sin precedentes en los últimos 50 años de la historia de las Finales) y se fue al descanso al frente por 54-39. En el tercer período, Golden State consiguió su ventaja máxima -22 unidades- y daba la sensación de que el rival no le presentaría demasiada resistencia en el tramo final. Sin embargo, con sus últimas fuerzas y liderado por Jaylen Brown (34 puntos) y Al Horford (cuatro triples), Boston alcanzó a reducir la brecha a ocho.
De todos modos, los Dubs se apoyaron en Stephen Curry, máximo goleador de la noche con 34 unidades, y su asfixiante defensa para quedarse con el triunfo sin sufrir mayores sobresaltos en los últimos minutos.
Los dirigidos por Ime Udoka lucieron desorientados en ataque y volvieron a cometer demasiadas pérdidas (22). Además, Jayson Tatum falló 12 de sus 18 lanzamientos de campo, apenas sumó 13 puntos y perdió cinco balones (totalizó 100 en la serie, lo cual es un récord absoluto en la historia de las Finales).
Por su parte, los dirigidos por Steve Kerr fueron de menor a mayor en la llave y terminaron siendo claramente el mejor equipo. Por último, cabe destacar la actuación de Draymond Green, quien tras un decepcionante inicio de serie, cerró la misma con 12 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias.