Un nuevo capítulo judicial en el estremecedor crimen del estudiante de Geología, Alejandro Balle, ocurrido el 25 de julio de 2013 en Kilómetro 5, se desarrollará en la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia tras la apelación del fallo emitido el 17 de octubre del año pasado cuando Santiago Israel Reuter fue condenado a 10 años de prisión como partícipe necesario del delito de robo agravado por el uso de arma de fuego, mientras Alejandro Lezcano fue condenado a prisión perpetua por el delito de homicidio criminis causa.
En ese marco, los representantes legales de los condenados –Liliana Barillari asesoró a Lezcano y Alejandro Fuentes a Reuter– impugnaron el fallo ante la Cámara del Crimen con la intención de que sean absueltos o se reduzcan las penas recibidas.
El acto comenzará a las 9 y estará presidido por los jueces de la cámara penal Luis Pintos, Martín Montenovo y Guillermo Müller. Ayer, la madre del estudiante universitario, Iris Marcucci, indicó a Diario Patagónico que espera que la justicia confirme las penas tal cual se dictaron en primera instancia. Aprovechó la ocasión para invitar a todos los amigos y conocidos de “Ale” para que la acompañen a la nueva audiencia, tal como lo hicieron “a lo largo de todo este tiempo”.
La mujer además estará representada por su abogador particular, Juan Carlos Smith, quien pedirá al igual que el fiscal general, Adrián Cabral, que los jueces mantengan las respectivas penas en todos sus términos, tal como lo establecieron quienes presidieron el juicio: Mariano Nicosia, Raquel Tassello y Gladys Olavarría.
A todo esto, Lezcano y Reuter cumplen prisión preventiva hasta que el fallo quede firme.
EL CRIMEN
El crimen de Balle se produjo el 25 de julio de 2013 en la casa que alquilaba en la calle Larreta 80 del barrio Presidente Ortíz. Allí fue ultimado con un tiro en la cabeza, pero antes recibió un fuerte golpe que le provocó una lesión mortal en el cráneo.
Los agresores le robaron dos teléfonos celulares, el control de la alarma del local “Game Over” donde trabajaba y las llaves de ese comercio. Su objetivo era quitarle las llaves para robar en el lugar donde Reuter había sido despedido meses antes.
El encargado del comercio desvinculó a Reuter por las sospechas que tuvo sobre él a partir de un robo que se produjo en el comercio cuando se hallaba junto a otro empleado. En esa oportunidad el ladrón los dejó atados, aunque a Reuter no lo golpeó, mientras que sí se ensañó con el otro empleado.