Julio salió de su casa con patas de rana, escafandra, snorkel y el traje de neoprene. "Me pareció algo simpático, una oportunidad de mostrar el problema que tenemos en mi barrio y también una forma de ponerle algo de color al día", explicó.
El instructor tuvo que votar en un lugar bastante alejado de su domicilio, en la escuela 2 de Abril. Aseguró que el agua llegó casi todo el día hasta la puerta de su casa, y que recién pudo salir a las 16:30, cuando había bajado un poco. "No sabía si iba a poder llegar, porque tenía que cruzar toda la ciudad y había muchas calles inundadas. Por suerte pude llegar y voté. Misión cumplida", agregó.