“Jamás olvidaré a los mineros”

Daniel Peralta, el flamante gobernador de Santa Cruz, hizo referencia ayer en varios pasajes de su discurso a los trabajadores de la cuenca minera de Río Turbio con los cuales guarda un gran afecto ya que estuvo casi tres años al frente de Yacimientos Carboníferos Fiscales.

"Nunca en la vida y hasta que me muera me voy a olvidar de ellos, los llevo en mi corazón”, dijo el ahora gobernador Daniel Peralta casi al promediar su improvisada alocución, al tiempo que pareció quebrarse de la emoción.
Sus palabras eran escuchadas en el acceso a la Casa de Gobierno por numerosos mineros que habían llegado a la capital provincial y por cuestiones de espacio no pudieron ingresar al Salón Blanco.
No obstante, el nuevo responsable del Poder Ejecutivo, anunció que apenas terminara el acto protocolar se reuniría con ellos.
Antes había hecho una encendida defensa de toda la comunidad de Río Turbio argumentando que muchos pueden preguntarse si valía la pena prestar especial atención a una localidad de sólo 15 mil habitantes a quienes pidió abiertamente que «tengan fe: nunca los vamos a abandonar porque son un ejemplo de esfuerzo, trabajo, dedicación y tesón, que entierran su vida allí generando la riqueza para todos».
Y a modo de metáfora, expresó que «algún día, cuando la luz de ese socavón llegue a Río Gallegos, ustedes me van a saber entender ya que detrás de cada granito de luz está el corazón de un minero. Siempre recuérdenlo».
Al concluir sus palabras, fue el intendente de Río Turbio, Matías Mazú, uno de los primeros funcionarios que se levantaron de sus sillas para saludarlo quien, por alguna especial circunstancial o casualidad, al igual que Peralta, también lucía traje oscuro, camisa blanca y corbata bordó.

CONTRA “PIRINCHO”, A FAVOR DEL “LUPO”
No fueron pocas las ocasiones en que Daniel Peralta fue interrumpido por los militantes justicialistas -y algunos funcionarios- que tuvieron posibilidad de ingresar a la Casa de Gobierno.
Los cortes en su discurso no sólo fueron por aplausos sino también por cánticos que por momentos hacían parecer que no existe crisis institucional y social en Santa Cruz, sino que semejaban a las típicas tribunas políticas de campaña, aunque esas expresiones tenían sus fundamentos.
Uno de los cánticos de adversidad estuvo dirigido al intendente de Río Gallegos, Héctor Roquel, a quien el oficialismo endilga gran parte de la responsabilidad en los serios incidentes del miércoles, cuando se enfrentaron operarios de esa Municipalidad con la policía con un saldo de 16 heridos.
Peralta no lo nombró directamente, pero hizo una global crítica a la oposición política, instándola a que hagan su pelea en las urnas ya que el justicialismo no tiene problemas en enfrentar a sus adversarios «de frente» el 28 de octubre.
Admitió también que «tenemos errores» pero también propuestas y humildad en reconocer que por estos días no había gobernador ni vice, justificando ello en que son circunstancias institucionales que pueden ocurrir en cualquier provincia, pero ello no implicaba que hubiera un vacío de poder porque inmediatamente se ponen en marcha los mecanismos constitucionales para superar la crisis.
Fue entonces cuando la gente que conformaba una suerte de «barra» comenzó a cantar «Pirincho, no rompas las pelotas la Casa de Gobierno se mira y no se toca».
Minutos más tarde, los militantes -y no pocos funcionarios- comenzaron a vociferar otro tradicional cántico: «Olé, olé Lupo, Lupo».
El detonante del mismo fue otra expresión del nuevo mandatario cuando comentó a través del micrófono que horas antes de asumir un periodista de la Capital Federal le había preguntado si no se sentía «un chirolita» de Néstor Kirchner.
Su respuesta, dijo, la hizo con otra ironía, recordando que a Kirchner también le decían antes de asumir que era «un chirolita de Eduardo Duhalde».
Es más, para valorizar la figura del actual Presidente de la Nación, citó que Santa Cruz había soportado cien años de soledad y olvido de los gobiernos centrales de turno que «nos vilipendiaron, no nos atendieron y nos chuparon las riquezas de nuestra tierra» hasta que en estos últimos años Kirchner, desde el cargo más alto de la Nación, pudo comenzar a revertir ese proceso negativo y traer inversiones a esta provincia, generando un proceso de inclusión».
Por ello, acotó, no podía menos que agradecerle a «nuestro Presidente, nuestro compañero, nuestro hermano», hecho que desató en los cánticos a favor.

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