La declaratoria fue solicitada desde el área de Patrimonio Cultural y Natural, dependiente de la Secretaría de Cultura, entendiendo que este elemento constituye una importante contribución al patrimonio histórico de la ciudad. De esta manera, la baliza quedó incorporada al Registro Permanente de Bienes de Valor Patrimonio de la ciudad, poniéndola en valor y en resguardo.
En ese sentido, debido a su relación con Comodoro Martín Rivadavia, se solicitó su evaluación a la Comisión Evaluadora del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural, que determinó que se declare Patrimonio Cultural a la Baliza, proyecto que fue aprobado por el Concejo Deliberante y por el Ejecutivo Municipal.
En esa misma línea, Martín Rivadavia arribó a estas costas en 1897, a bordo del crucero “25 de Mayo” y fue quien colocó una baliza en el lugar llamado Punta Borjas, como señalamiento del mojón, cuando se encontraba realizando la cartografía de nuestro litoral marítimo.
Del mismo modo, este detalle, sumado a los informes producidos por este distinguido marino, sirvieron para decidir la creación de un nuevo pueblo, indicando como “paraje apropiado para la fundación el lugar llamado Punta Borjas”, al pie del cerro Chenque.
A partir de ese momento, dicha baliza sirvió de guía a todos los navegantes hasta el año 1923, en que se comenzaron a llevar a cabo estudios para la construcción de un faro en otro sitio, ya que los continuos desmoronamientos hacían peligrar la estabilidad de la señal.
Asimismo, se comprobó que el alcance de la luz era deficiente para ayudar a la navegación, con el agravante de que se confundía con las luces del pueblo y de la explotación petrolera. En la actualidad, solo queda la torre donde se erigía la baliza, en la ladera del cerro Chenque.