“La Banda del 504” como la bautizó Diario Patagónico volvió a dar un golpe en menos de una semana en zona norte. “Están cebados” dijo una fuente de la investigación.Son tres los delincuentes que actúan. Dos bajan, se encapuchan y entran con armas. El tercero espera en el Peugeot 504 blanco sin chapa patente visible.Ya habían dado un golpe el pasado 31 de mayo en Standart Centro, en una despensa donde además de 500 pesos se habían llevado un paquete de masas. Aquella vez amenazaron con una “tumbera”.
El viernes pasado a las 22, llegaron hasta el Código 1757 del barrio Prospero Palazzo. Dieron una vuelta a la cuadra, y luego estacionan sobre un pasaje a unos 50 metros. Dos se bajaron y caminaron hasta el multirrubro “El Mendo”, donde antes de ingresar se colocaron capuchas. Una vez que entraron apuntaron con armas de fuego al dueño del local y lo hicieron arrodillar. Querían dinero, y cuando les entregó lo que tenía, le pegaron con el arma en la cabeza. Es que querían más plata. No estaban drogados, ni alcoholizados, “estaban decididos”. Y cuando se quisieron meter a la casa del comerciante, el hombre les tuvo que entregar el dinero que tenía guardado para pagar cuentas. Todo para defender la intimidad de la familia.
El atraco duró 2 minutos. Dejaron a la víctima golpeada y se fueron con el dinero. Salieron a la calle portando las armas de fuego y se subieron al Peugeot 504 blanco en el que escaparon.La Policía de Mosconi fue alertada. Y personal de la comisaría de Kilómetro 8 secuestró un auto con las características similares en Standart Sur aunque por falta de documentación. Los investigadores siguen un dato.
“LA VIDA DE POR MEDIO”
“Está la vida de por medio, son situaciones muy límites. En el primer asalto (el 27 de febrero del año pasado) el nene estuvo con psicólogo. No podes trabajar así, no podes hacer nada. Es tanta la impunidad. Te sentís con mucha humillación. Mi marido tuvo que entregar la plata para que no entren a la casa. Le pegaron con la pistola en la cabeza, lo hicieron arrodillar” dijo Ana, la mujer de la víctima.