La despedida según “113 Vicios”

Sensaciones de un recital inolvidable, con una lista de temas que se “cocinó” horas antes en la casa de “Alakrán” Márquez, con la sorpresa de “Titín” Naves ante la inmensa cantidad de público y las emociones del “Mariscal” Ramírez por las palabras de quienes por primera y última vez los vieron en un show que quedará en la memoria de la ciudad.
Quizás sean las últimas páginas que se escriban durante estos días sobre el último show, sin embargo, no serán las últimas que escriba sobre ellos la historia del rock. “113 Vicios” se despidió de los escenarios en un recital inolvidable.
Casi 8.000 personas disfrutaron de la fiesta llenado todos los rincones del Predio Ferial. Pasaron dos días de aquella noche mágica. “Titín” Naves, “Alakrán” Márquez y “Mariscal” Ramírez se recuperan de esa sacudida emocional. Fueron casi dos horas de música, sentimiento, amor y leyenda, que hicieron retumbar sus sentidos, transportándolos por estos 24 años de historia, entre el “Veneno de muerte lenta”, el “Cansancio”, las “Botellas”, los “Pájaro negro”, los “Besos salados” y “Bailando en la costa”.
Ayer los “113 Vicios” revivieron junto a Diario Patagónico su último concierto, ahondando en las emociones y la gente. Distendidos junto a Julián Leunda y Sebastián Guerreiro (los organizadores de 23 años de edad y que nunca los habían visto en vivo), explicaron cómo bajan de esta nube sideral.

- ¿Cómo fueron las primeras sensaciones apenas terminó el concierto?
. “Titín”: cuando terminó el show particularmente sentí un sentimiento de pérdida, no de ganancia, pero es parte de la vida, es como cuando se te muere tu viejo o tu vieja, algo natural que veníamos anunciando, así que sí, en un momento me invadió la tristeza. Hice la aceptación y a disfrutar con mis compañeros porque no lo podíamos creer.
. “Mariscal”: hubo una sensación, como que se solidificó el pensamiento de la despedida, como que ahí nos dimos cuenta que todo el mundo lo tomaba como tal.
. “Titín”: es más, hubo gente que pensó que era el día de los Santos Inocentes y no nos separábamos. “Tocamos el próximo sábado en el Sótano” (risas).
 
- ¿Y adentro de ustedes no había un deseo de que podría haber sido así?
. “Titín”: no, ese “podría haber sido” yo me lo saqué de la cabeza, si no te volvés loco.
. “Alakrán”: el “podría haber sido” era hace años, está sellado. Terminó el show y yo estaba recontra contento, si tuve un duelo fue hace mucho tiempo. En estos cuatro meses laburé un montón este momento, entonces lo que quedaba por hacer es que salga todo bien, que no pase nada y que la gente se vaya contenta, que estemos todos alegres y abrazándonos. El duelo fue previo; es más, los momentos de emoción fueron los ensayos, yo pensaba “capaz que toco un par de temas y no sé si me la voy a aguantar”. Pasó en el último ensayo.

- ¿Fue duro?
. “Titín”: sí, eran tres temas, lágrimas y abrazos. Es como que ya sabés que se cerró un ciclo para que la levadura siga con los chicos de “Cheremeques”. Te das cuenta que hay un montón de músicos que son alucinantes y que pueden hacer lo mismo.

- ¿Fue un acierto haber invitado a los chicos?
. “Titín”: sí, ni hablar; a ellos, a Marcelo de Souza (trompeta), Demián Carrizo (percusión) y a un pedacito de la “Murga del Galpón Austral”. Todos fueron aciertos, desde el operador que llegó de Capital que nos hizo sonar muy bien, nos dio una lección de rapidez y practicidad, hasta el sonido que se hizo cargo la producción. Estuvo impecable y el resto fue alucinante porque tocamos como todos queríamos y dimos un show casi espectacular.

- Hasta la lista de temas fue ideal. En el ensayo del jueves ustedes tocaron “Cansancio” en sus dos versiones juntas y no habían decidido cuándo iban a tocar la versión ska. ¿Por qué decidieron ponerla al final?
. “Alakrán”: terminar con “Cansancio” fue algo que pasó en el camarín. Si vos ves la lista está primero que “Esta noche” y dijimos no, terminemos con “Cansancio”, vamos a estar todos los que tocamos menos la murga, con todos los caños arriba y estuvo terrible. Incluso hubo un cambio sobre la hora: estábamos en casa con “Pichi” Vidal y le dije: “¿te parece que ‘Bailando en la costa’, esté en el final?”.

- ¿Esperaban que hubiera tanta gente?
. “Titín”: a mí me sorprendió, me superó. En un momento tuve que poner la cabeza en off, porque yo miraba para el fondo y se veía todo, gente afuera y todos miran a la banda. Hay mucha energía, siete mil entes energéticos mirándote, apuntando, y en algunos temas no todos miran a la banda, sino al frontman y eso es el garrón, te vas con toda esa energía.

-¿Cuánta gente creían que podía ir?
. “Titín”: no tenía idea. Yo iba a tocar bien, a sonar bien. Me imaginaba que iba a haber mucha gente porque teníamos un testeo de 2.000 entradas vendidas anticipadas. Ya sabíamos que íbamos a tocar para alguien y sabíamos que la gente se destapa a último momento.
. “Alakrán”: yo fui al mediodía a dejar la batería y cuando entré dije esto es gigantesco, llegamos hasta la mitad; pero es algo que yo siempre voy a menos, sino después te desilusionás.

- “Titín” y “Alakrán” tocaron dos temas casi en soledad. ¿Cómo lo vivieron?
. “Títín”: es pesado, es muy fuerte; en mi caso estaba con Ramírez y Marcelo (juntos tocaron “Veneno de muerte lenta”).
. “Alakrán”: yo lo había pensado y dije: “voy a estar en ese ratito y es el momento en que voy a poder decir algo”. Medio que tenía armado lo que iba a decir, tenía que ser cortito. Lo disfruté un montón porque vi que toda la gente estaba contenta y también tenía que sacar la letra pesada de lo que tenía que decir. Esta canción (“Pájaro negro”) era para ahuyentar los males y tenía que resumirlo. Fue increíble.

- Hubo muchos adolescentes, muchos pibes que nunca los habían visto. ¿Que pudieron ver de ellos?
. “Mariscal”: sí, había mucho pibe, a mí se me acercó uno y me dijo “gracias loco porque nunca los había podido ver”. Los pibes agradecidos por la última función.

-¿Qué significa despedirse así?
. “Titín”: algunos pensaban que iba a ser un chiquitaje, dos gatos con cincuenta, pero salimos por el portón grande, como un futbolista que mete tres goles en su despedida. Está bueno, creo que la gente se lo merecía. Y nosotros también.

-¿Si tuvieran que decirle algo a la gente, que le dirían?
. “Alakrán”: yo lo resumí así el otro día: “gracias por tanto tiempo de permanecer en sus corazones y sus gargantas”.
. “Titín”: yo diría gracias, pero me quedo corto. Son cuatro generaciones, y no es que se lo hayan metido de prepo, algo tocamos en un nervio. No me queda más que decir gracias. Vaya un aplauso de seis manos que no va a ser tan intenso, pero es de nosotros.
. “Mariscal”: en mi caso felicitar a la gente, porque así como nosotros avanzamos musicalmente, la gente también y lo demostró en el recital. Hubo bueos modales, no hubo peleas y se merece su felicitación.

Fuente:

Notas Relacionadas

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico