La economía creció el 8,5% el año pasado

El gobierno oficializó ayer la tasa a la que creció la economía el año pasado 8,5%. Sin embargo, los datos del Indec confirmaron también la desaceleración en que entró la actividad a fines del año pasado.

Buenos Aires (c)
El campo es garantía de alto crecimiento para este año. Sin embargo, el manotazo K a los índices de precios comienza a empañar también la credibilidad de los guarismos de crecimiento. 
El INDEC difundió ayer uno de los datos que más le gusta al Gobierno, el crecimiento del PBI. Fue del 8,5% en 2006 y deja un «arrastre» que asegura una alta tasa de expansión, también superior al 8%, para 2007.
En términos sectoriales, se destacaron el sector turismo, la industria automotriz, el comercio y las actividades financiera e inmobiliaria. La actividad de la construcción, en tanto, comenzó a experimentar un leve enfriamiento, al igual que la inversión.
De hecho, los datos de ayer dan cuenta de la desaceleración en el ritmo de actividad en las postrimerías de 2006. En concreto, en octubre, noviembre y diciembre las variaciones respecto de cada uno de los meses precedentes fueron decayendo, de 0,8% a 0,7% y finalmente a 0% en el último mes del año, y las variaciones respecto al mismo mes de 2005 también dibujaron un suave tobogán: 9,3%, 8,6% y 8,1%.
Pero aún sin anotarse el ansiado «Poker de Nueves», el gobierno pudo así celebrar el cuarto año consecutivo de crecimiento en torno de esa cifra: en 2003 la tasa había sido de 8,8%; en 2004, de 9% y en 2005 de 9,2%. Varios economistas coincidieron que la sequía registrada en la primavera de 2005, que afectó la cosecha de 2006, restó cerca de medio punto a la expansión del último año.

CIFRAS
De todos modos, las cifras difundida ayer no son definitivas y el dato final podría ser algo mayor. El crecimiento de 2006 deja un «arrastre» en torno de 3,7% para este año. Tal es la tasa a la que crecería la economía en 2007 aún si no creciera en absoluto a lo largo del año y sólo mantuviera los niveles de actividad de fines del año pasado.
Claramente, eso no es lo que esperan los economistas. El consenso de analistas que surge del REM (Relevamiento de Expectativas del Mercado) que compila el Banco Central promedia para este año una expansión de 7,5%, aunque analistas como Miguel Bein, de Bein & Asociados, y la consultora Economía & Regiones, cren que la cifra superará el 8%. El propio presidente del BCRA, Martín Redrado, anticipó recientemente en Miami que la tasa superará ese guarismo.
Esas previsiones hacen ridícula la proyección oficial contenida en el presupuesto, de un crecimiento de 4%, estratagema que le permite al gobierno subestimar los ingresos fiscales y usar el excedente con libertades aún mayores que las que ya les otorgan los superpoderes y los Decretos de Necesidad y Urgencia.
Una de las fuerzas que actúa a favor de la continuidad del alto crecimiento es la expectativa de una una cosecha récord del campo, que garantiza un fuerte influjo de dólares, solvencia fiscal y -cuanto menos- el mantenimiento de altos niveles de inversión en los proveedores y en actividades asociadas.

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