De acuerdo a Validar, un proyecto respaldado por varias instituciones de salud del país, las infecciones intrahospitalarias provocan en toda la Argentina 17 mil muertes y casi 100 mil episodios infecciosos al año. Cinco veces más que los accidentes de tránsito (3.699 víctimas anuales) y que las armas de fuego (1.922 víctimas anuales).
Los infectólogos de Validar aseguran que entre un 5 y un 15 por ciento de los pacientes internados en salas generales suele contraer algún tipo de infección hospitalaria. El problema se agrava en las unidades de cuidados intensivos, porque allí es donde se realiza mayor cantidad de intervenciones.
En tanto, un informe de la Universidad Nacional de la Plata precisa que las infecciones más frecuentes son las asociadas al catéter, la neumonía y las relacionadas con la práctica quirúrgica. Pero el dato más aterrador es que en Argentina el 20% de los afectados fallece.
¿Cómo hacer para evitar este tipo de cuadros intrahospitalarios? El personal debe respetar las conductas de higiene, aunque los especialistas aseguran que el problema es la falta de costumbre en el lavado de manos de médicos, enfermeros y visitantes de pacientes.
El contagio hospitalario se comenzó a tener en cuenta sólo a partir de la mitad del siglo XIX, y con no pocas discusiones en el entorno médico de la época, ya que para los galenos de aquel entonces, era inadmisible pensar en el que médico, el sanador de enfermos era también propagador de enfermedades.
Si bien se trata de una problemática que golpea a los centros de salud de todo el mundo, La OMS realizó un estudio y llegó a la conclusión que las tasas de infección son más elevadas en los países en vías de desarrollo. Por ejemplo, según datos de ese organismo, en Argentina son tres veces más que en Estados Unidos.
Estas infecciones, que en los casos más dramáticos conducen a la muerte, pueden prolongar la estadía en un hospital, causar discapacidad a largo plazo y aumentar la resistencia a medicamentos esenciales.