La niñera que irá a juicio 37 años después

Zamarreó al bebé que cuidaba y fue acusada de causarle daños mentales y, finalmente, la muerte.

Una niñera estadounidense es acusada de asesinato 37 años después de sacudir violentamente a un bebé de cinco meses y causarle daños mentales irreparables que, finalmente, condujeron a su muerte.

El hecho que marcó la vida de la víctima, identificada como Benjamín Dowling, ocurrió el 3 de julio de 1984. Aquel día, la madre del pequeño lo recogió de la casa de su cuidadora, llamada Terry McKirchy, y notó que su hijo tenía los puños apretados y el cuerpo inerte. A raíz de esto, lo llevó al hospital y allí le dijeron que el niño había sufrido una hemorragia cerebral debido a una fuerte sacudida. Se trató de un caso de síndrome del bebé sacudido, o traumatismo craneal por maltrato, una lesión que sufren los infantes al ser fuertemente zarandeados y que puede dejarles graves secuelas médicas y truncar su desarrollo.

Meses después, la niñera, que por ese entonces tenía 22 años, fue acusada de intento de asesinato y de maltrato infantil agravado. En un primer momento, enfrentó una petición de pena de 12 a 17 años pero esta fue reducida posteriormente tras alcanzar un acuerdo con los fiscales.

Así, solo debió acudir a la cárcel los fines de semana durante tres meses y purgar tres años de libertad condicional. “Sé que no lo hice, mi conciencia está tranquila, pero no puedo lidiar más con esto, tengo un embarazo de seis meses. No creería lo que esto le ha hecho a mi familia”, dijo entonces McKirchy al diario Miami Herald.

Ahora, 37 años después, la mujer enfrenta una posible cadena perpetua tras ser acusada de asesinato en primer grado por un gran jurado del condado de Broward, Florida, luego de que los forenses determinaron que aquellas lesiones provocaron la muerte de Dowling, en 2019, a los 35 años de edad.

“El paso del tiempo entre las lesiones y la muerte de la víctima fue tenido en cuenta por los expertos, quienes llevaron a cabo la autopsia y resolvieron que la muerte fue directamente causada por las lesiones de 1984”, expresó la Fiscalía.

Sin comentar sobre la detención, los padres de Benjamín lamentaron en un comunicado las graves secuelas sufridas por su hijo, que quedó en un estado de total dependencia tras el sacudón. “Nunca gateó, no se volteaba completamente, nunca habló, nunca se alimentó por sí mismo, nunca disfrutó de una hamburguesa o un helado, él nunca pudo decirnos si tenía picazón o algo le dolía. Cuando él lloraba de dolor, debíamos adivinar lo que estaba mal”, contaron.

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