La repetición del olvido

 Hoy Martín Buzzi no está tan seguro de que termine siendo el candidato del Frente para la Victoria a la gobernación de Chubut el año que viene. Es que pasan los días y no consigue reunir tras de sí el consenso necesario que lo catapulte, lo cual se verifica periódicamente cada vez que pretende adoptar una decisión que depende del aval de la Legislatura, donde las fisuras en el bloque de la mayoría son más que obvias.
De acuerdo al último sondeo interno, hasta hoy suman 17 los diputados dispuestos a aprobar el proyecto de las primarias abiertas (se necesitan 21) para que en agosto del año que viene haya más de una boleta en la categoría “gobernador” dentro del oficialismo, siempre y cuando el propio Buzzi insista con su deseo explicitado hace poco más de un mes y para lo cual comenzó a realizar concesiones en la Legislatura, que hasta ahora no le bastaron para conseguir hegemonía.
Es que a la irrupción interna de Marcelo Guinle y a la ambición siempre presente de Gustavo Mac Karthy hay que agregarle el puñado de legisladores que aún responden a Norberto Yauhar y los dos con juego propio que llegaron en su boleta en marzo de 2011, pero que en principio se mantuvieron dentro del “dasnevismo” hasta que vieron que las posturas del bloque que preside Jerónimo García podían conspirar contra el progreso de Comodoro.
Desde esta ciudad, justamente, su intendente no se la hizo fácil en el último año, a pesar de que apenas llegó al gobierno dijo que el apoyo a Buzzi era necesario. Pero después empezaron los cortocircuitos que quedaron expuestos por última vez a la hora de anunciar el potencial del yacimiento petrolero de YPF en El Trébol y que hasta son reconocidos por funcionarios de su gabinete. “El intendente tenía una excelente relación con la señora Presidente y ya no es así. A Buzzi la Presidente lo escucha. Martín tiene equipos de trabajo y no está para ver cómo está la veredita”, acaba de decir sin medias tintas la secretaria de Desarrollo Humano, Ana Llanos.
No obstante, Di Pierro figuraría en el armado que de a poco vienen instrumentando Guinle y Mac Karthy para repetir en Comodoro, a falta de otros dirigentes que midan bien entre un electorado que seguramente volverá a inclinarse por un candidato justicialista, sea del sector que fuere, sobre todo si se tiene en cuenta que entre los radicales ni aún alguno que puede ser bien visto se entusiasma mucho con volver al municipio donde ya estuvo cuando el intendente era Jorge Aubía. “Yo gano, ¿y después qué hago con la herencia que me van a dejar?”, pregunta en la intimidad este abogado.
El senador y el vicegobernador no descartan incluir en su boleta -donde todavía no está definido quién será candidato a qué- al gobernador que ha adoptado en los últimos tiempos aquella impronta de su antecesor de anunciar a diario la realización de obras, mientras pretende darle categoría de “inédito” o “histórico” a todo tipo de actos.
También se le empieza a parecer en la “farandulización” que adquieren ciertos eventos. Aquel lo hacía trayendo a Susana Giménez a ver pingüinos o a Javier Calamaro a cantar con una escafandra bajo el agua. Este lo hace aplaudiendo a Tete Coustarot porque elogia las piruetas de las ballenas. Por fortuna, aún mantiene una diferencia sustancial a la hora de sancionar los excesos de quienes deben velar por el cumplimiento de la ley.
Y enfrente va a estar Mario Das Neves, con todo lo que ha recuperado desde aquel fallido intento de llegar a la Presidencia de la Nación, aunque de última hubiese sido como vice de Eduardo Duhalde. Es cierto que mucho lo ayudaron desde el nuevo gobierno de Chubut al ponerle tan poco entusiasmo a las legislativas del año pasado y como el propio interesado sabe que en 2015 no solo depende de que Sergio Massa no siga cayendo en las encuestas, empieza a sumar por derecha a los marginados de la UCR, los mismos que hace siete años lo apoyaron cuando necesitó aprobar casi por unanimidad la renegociación petrolera con PAE por 40 años.
De todos modos, en Comodoro le falta. No le basta con Ricardo Gaitán y Viviana Almirón. Ni con el gremio de los camioneros.
Tampoco con los “heridos” que podría dejar Buzzi cuando tenga que ceder lugares en su lista para darle forma a eventuales alianzas. Es que aunque Di Pierro ya no sea su principal crítico, hay muchos que no olvidan la postergación a la que su gestión sometió a la ciudad.
“A mí no me interesa que venga Mario Das Neves a hablar de esto, que fue gobernador y sabiendo muy bien cuál era la realidad, aportó 100 millones de pesos para las cooperativas del valle y a la SCPL nada”, recordó Juan Pablo Luque en la última sesión del Concejo Deliberante.
“Das Neves no repartió riquezas de Comodoro. Dejó escuelas arriba de los pozos. Siguió el modelo de (Carlos) Maestro. Tiene una mirada antigua, no es la salvación”, afirmó Ana Llanos, quizás la persona que conoce mejor -por su cargo- las necesidades más urgentes en la ciudad más rica de la provincia.
Pero de eso el aludido no habla. En su nuevo rol de diputado nacional busca temas de alto impacto, tal como hizo en su anterior paso por el Congreso, cuando tenía como blanco de sus dardos al presidente de la AFA, Julio Grondona. Ahora su idea fija recurrente es el desgravamiento del impuesto a las Ganancias para algunos (jamás a los jueces, por cierto).
Al final le va a terminar dando la razón a Alain Resnais en aquello de que “el recuerdo es apenas un ‘estado’, mientras que la memoria implica un acto de toma de conciencia crítica, difícil de desarrollar sin entrar en colisión con buena parte de una sociedad inclinada hacia el olvido”.
Solo así se puede entender que aún sobrevuelen nuestras alturas ciertos personajes que no son ni un ave, ni un avión, ni Superman.

Fuente: Horacio Escobar

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