Con la finalidad de fortalecer el proyecto de un mercado concentrador en Comodoro Rivadavia, el concejal Carlos Vargas viajó a Buenos Aires donde se reunió con referentes del Mercado Central, entre ellos Alberto Samid, y el tema precios fue uno de los puntos centrales.
“En el proyecto exponemos como declaración de principios que en un país que produce comida, lo más barato que debe haber para la población es justamente los alimentos. Eso tiene que estar fuera de discusión: los argentinos deben tener acceso a comida suficiente, de buena calidad y a muy buenos precios, y eso no está pasando”, sostuvo.
Vargas cuestionó también el rol de las grandes cadenas de supermercados al indicar que “tienen buenos precios los primeros días, pero después se ponen a tono y no solucionan el problema de la competencia”.
Dado que el argumento de base para fundamentar los elevados precios locales es el costo de los fletes, Vargas dijo que la primera medida que se propone en torno al mercado concentrador es que la mercadería llegue en barcos. “Se abarata de la noche a la mañana, es cuestión de tener la decisión política”.
TRANSPORTE FERROVIARIO
Añadió como segunda resolución de peso la necesidad de un proyecto provincial para la construcción de una vía férrea que en lugar de unificar las grandes ciudades de Chubut con Puerto Chacabuco, Chile, como se planifica, lo haga con Río Negro, que habilitaría el contacto con la estación de Constitución.
“Así estaríamos conectados a una red nacional, como lo hizo Río Negro hace un mes cuando inauguró después de 18 años el tren a Bariloche. Eso se hizo con esfuerzo provincial, así que nosotros también podemos hacer lo mismo y se abaratan los fletes”, planteó.
El proyecto marco que cobija estas discusiones, propone crear un espacio físico de compra y venta de productos alimentarios frescos (frutas, hortalizas, animales de granja y derivados, marisquería y pesca artesanal), provenientes de las producciones aledañas, de la zona de influencia y de otras regiones de la provincia, el país o el exterior, además de productos de almacén y alimentos no perecederos, destacando la incidencia que tendrá en la formación de precios justos, y orientadores para la producción y el consumo.
Ello sobre la base de que la relación fundamental en este marco entre compradores y vendedores se daría con la menor intervención posible y dentro de márgenes adecuados, evitando las maniobras contrarias a la buena fe y la lealtad comercial y la formación de grupos monopólicos.