La audiencia de revisión de la prisión preventiva que, desde el 30 de octubre viene cumpliendo Daniel Lezcano Jara, se llevó a cabo ayer en la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia y estuvo presidida por el juez penal subrogante, Américo Juárez. En representación del Ministerio Público Fiscal actuó el fiscal general, Marcelo Crettón, mientras que el imputado fue asistido por el defensor particular, Alejandro Fuentes.
En ese contexto el abogado se refirió a la prueba que tiene la fiscalía en contra de su pupilo, sobre la cual aseguró que tuvo acceso y a su entender no existen elementos que lo involucren a Lezcano Jara en la autoría. Además, se refirió al testigo que aportó tres versiones distintas y resultó ser la persona en cuyo domicilio estuvieron la víctima y el imputado antes del crimen.
En cuanto a la morigeración de la medida, el defensor se refirió a la normativa vigente y pidió que se autoricen salidas laborales para que el imputado pueda trabajar con su padre en tareas de pintura de obras en Rada Tilly.
A su turno el fiscal sostuvo que la petición no se encuentra fundada en derechos y solicitó que sea rechazada, a lo cual hizo lugar el juez tras confirmar el mantenimiento de la medida de prisión preventiva tal cual lo ordenó oportunamente Alejandro Soñis.
EL CASO
El homicidio de Cantero ocurrió el 30 de octubre a las 5:05, aproximadamente, en inmediaciones de Dorrego y Francia. Por el crimen fue imputado Lezcano Jara como presunto autor de homicidio agravado por uso de arma de fuego, cuya pena mínima es de 10 años y 8 meses de prisión.
El acusador señaló, durante la apertura de la investigación, que ambos había estado en un domicilio distante a escasos metros del lugar del crimen y allí el imputado mostró que portaba un arma de fuego. En un tramo de la noche, la víctima estuvo comerciando con este la tablet que llevaba y que hasta el momento no apareció.
Según el relato fiscal, Lezcano Jara le ofrecía mucho menos dinero del que pedía su dueño y al parecer, en un momento dado, la discusión se puso muy tensa. Por tal motivo, el dueño de casa les pidió que se fueran y ni bien salieron a la calle se oyó el disparo.
A todo esto, el acusador se apoyó en las evidencias probatorias que consiguió en las primeras horas de averiguaciones preliminares, como el registro de una cámara domiciliaria que grabó el momento en el que ambos salen del domicilio donde habían estado; cuando la víctima se va hasta la esquina, donde deja su motocicleta estacionada; su regreso y el instante donde el agresor saca el arma de fuego para después de efectuar el disparo darse a la fuga en un vehículo gris con vidrios polarizados y una sola luz trasera.
- 30 diciembre 2013