El hecho ocurrió en horas de la mañana de ayer, cuando efectivos de las Seccional Cuarta hacía un operativo de control y prevención en los transportes públicos como colectivos y taxis, además de identificar a sus ocupantes y también a los peatones que pasaban por una zona determinada del barrio San Martín.
Mientras se efectuaba esa tarea, dos jóvenes que se aproximaban al lugar salieron a toda carrera cuando vieron a la policía, lo que hizo que el personal que efectuaba el control saliera tras sus pasos para identificarlos.
A las pocas cuadras lograron interceptarlos y con la presencia de testigos procedieron a palparlos para confirmar si cargaban con algún arma, algo que finalmente constataron porque uno de ellos tenía en la cintura un revólver calibre 22.
Los dos jóvenes de 22 y 24 años fueron llevados a la dependencia al tiempo que se pasaba la información al Ministerio Fiscal. Más tarde se dijo que desde allí se ordenó la liberación de los detenidos, aunque se aceptó el secuestro del arma.
Decisiones como esa son las que debe enfrentar la policía a diario cuando ocurren situaciones similares y la gente les reclama a ellos por los «chorros que hacen lo que quieren en el barrio».
Por ese tipo de decisiones es que tampoco la gente se atreve a radicar denuncias cuando son víctimas de robos en sus viviendas, es que los delincuentes tienen tanta facilidad para salir de la cárcel que pronto estarán de vuelta ante ellos para cobrarse venganza.
- 30 mayo 2007