En ese sentido, el embajador señaló que al aceptar “la interpretación de NML” sobre esta cláusula, el juez Griesa “ignoró el derecho aplicable, así como el hecho de que quien demandaba no era un bonista afectado” por la crisis de 2002 “sino un fondo buitre que había adquirido esos bonos con posterioridad al default”.
Aceptar dicha interpretación por parte del juez neoyorquino, “significa violar la igualdad de los acreedores, pues interfiere con los derechos de la mayoría de los tenedores de bonos que en forma voluntaria reestructuraron su deuda”, explicó Argüello en la columna “Los fondos buitres sobrevuelan los juzgados de Nueva York”.
La “novedosa teoría” inventada por NML en los años 90, aclaró, “consiste en interpretar la cláusula “pari passu” significando que cuando los países soberanos pagan el servicio de su deuda reestructurada (la cual por supuesto se emitió a descuento con respecto al valor nominal de la deuda en default) sin pagar contemporáneamente, en su totalidad, la deuda a ellos debida, violan la cláusula “pari passu””.
Fue el pasado 23 de febrero en una audiencia llevada adelante en la Gran Manzana, cuando Thomas Griesa “permitió al fondo NML, representado por el ex procurador general de la Administración Bush “Ted” Olson, utilizar en forma inusual la llamada cláusula “pari passu””.
- 16 marzo 2012