El fuego corre sobre Chubut. No solo en Cholila, donde las llamas ya arrasaron con más de 17.000 hectáreas, sino en todo el escenario político-institucional y judicial de la provincia que, como se preveía, está especialmente conmovido y complicado en un año electoral que arrancó con todo aunque, en realidad, lo que estamos viviendo es la continuidad de lo que ya comenzó a registrarse en el 2014, potenciado con la cercanía de los comicios.
El contaminado clima por el escenario electoral no respetó siquiera los aniversarios y prueba de ello es lo que pasó el 23 de febrero en nuestra ciudad, donde el intendente y el gobernador no compartieron agenda y cuando lo hicieron, en pleno acto, en lugar de priorizar lo institucional Buzzi optó por hacer campaña abierta por su reelección, que ya da como un hecho.
Sus defensores indican que el gobernador se cansó de ser siempre el golpeado y por eso devolvió, de manera inesperada y ajeno a su estilo, el golpe a quienes el día anterior se reunieron a sus espaldas para reactivar una mesa de poder que se fue licuando con el paso del tiempo y en cada elección, pero que no debe desconocerse, sobre todo si se proviene de esos lugares y de las decisiones que allí se toman.
Lo cierto es que para jugar estos juegos también hay que saber hacerlo, o al menos hacerse cargo de que finalmente, y pese a los discursos, uno terminó haciendo lo que en otros discursos había criticado.
Dos días después también se vivieron complicaciones en el aniversario de Esquel donde, por razones que todavía no se conocen porque no se explican con claridad, el intendente Rafael Williams decidió suspender el acto central y el tradicional desfile cívico por las calles de la ciudad. En este caso, Buzzi y Williams compartieron “trinchera” y acusaciones veladas hacia los grupos anti mineros, a quienes responsabilizaron por la cancelación de la actividad a partir de amenazas vertidas por redes sociales.
Lo curioso del caso es que en Esquel se decidió suspender toda la actividad oficial pero no los shows donde ayer tenían previsto actuar Pimpinela y Los Palmera, y hoy Tan Biónica y Las Pelotas, donde seguramente habrá menciones a lo que pasa a 100 kilómetros, cuando lo que tal vez hubiera correspondido era levantar todo, aunque se sabe que también es criticable quitarle al pueblo los pocos momentos de alegría que puede tener. Una discusión de siempre y que aquí vivimos en cada aniversario en el que nos falta el agua.
Mientras todo esto ocurría, el incendio en Cholila ya estaba arrasando hectáreas y otro estaba a punto de desatarse el martes, cuando el fiscal federal, Guillermo Marijuan, se presentó en Rawson a requerir información para investigar la denuncia por presuntos pagos de coimas o sobornos en el 2007 para que, en 2007, se extienda la concesión de Pan American Energy por 40 años.
La extensión contractual, que decidió el entonces gobernador Mario Das Neves, se obtuvo por una mayoría legislativa que, como bien se encargan de recordar quienes la impulsaron, no supo de barreras de bloque, ya que detrás de la aprobación se encolumnaron parte de los entonces bloques de la UCR y PACh, que se fracturaron en posturas tan dispares que nunca pudieron ser del todo explicadas y siguen generando suspicacias y mereciendo investigaciones judiciales que, por más que se nieguen o se pretendan ningunear o desconocer, están en marcha y deben ser informadas sin necesidad de reprimendas ni tapas negras.
El tema de estas investigaciones y de la manera en la que el gobierno provincial, a veces con acusaciones veladas y otras no tanto, pretende descargar culpas sobre actores que hoy están en otra vereda, ya sea en diferente partido como Mario Das Neves, o en filas propias como el ex ministro Norberto Yauhar, es que todos los actores en 2007 antes y bastante después también, compartieron filas, proyecto y loas sobre el convenio que ahora ven con buenos ojos que se investigue.
Volviendo al fuego de Cholila, hay que decir que en el medio unos y otros hacen política de la chiquita. Unos pretendiendo agrandar lo que ya es grave y otros más preocupados en nombrar y agradecer a los funcionarios presentes que en tomar las acciones que son imprescindibles, aunque tardías, para evitar que el desastre siga expandiéndose a la velocidad del viento que continúa soplando y que no repara en proyectos o candidaturas políticas.
Lo patético del caso es que hoy en día, a más de 12 días del inicio del fuego, algunos funcionarios provinciales sigan adjudicando la primera chispa a un rayo que nunca existió y por lo tanto no cayó; y que no existan respuestas para explicar por qué se demoró tanto en acudir y qué pasará después con las ahora arrasadas y siempre apetecibles hectáreas.
En Comodoro, mientras tanto, seguimos sin agua en las redes pero con pérdidas por todos los barrios y horarios; las clases no comenzarán con normalidad por las medidas de fuerza de auxiliares de educación y docentes y la Salud ya se complica a límites insospechados. Tanto que en los próximos meses no habrá pediatras en los Centros de Promoción Barrial, más conocidos como consultorios periféricos.
La pregunta es si todo lo que nos pasa es consecuencia del año político, como sostienen siempre los que están en funciones, o en realidad es la continuidad de lo que nos viene pasando hace tiempo y a lo lejos por preferir siempre los parches antes que las soluciones de fondo, y priorizar de manera permanente y persistente las elecciones, en lugar de atender el día en que vivimos y las necesidades que hoy y ayer tenemos y teníamos.