El 29 de marzo de 2017 fue un antes y un después para Comodoro Rivadavia, la ciudad quedó devastada, numerosos barrios todavía siguen en pésimas condiciones con calles destrozadas, servicios colapsados y obras que no empiezan, pero los vecinos autoconvocados del barrio Juan XXIII no se quedaron con los brazos cruzados y todos los sábados desde hace cuatro meses entregan donaciones a los habitantes de la zona.
Con una casa arrasada por el agua, prestada por una vecina que perdió todo, como escenario, los autoconvocados han entregado cientos de donaciones, registrando todo en planillas con una organización digna de imitar por aquellos que no se ponen de acuerdo en los formularios de los damnificados.
En la jornada de ayer dieron otra muestra de que con ganas y convicción se pueden generar cambios, aunque sea en el ánimo, y así fue como celebraron el Día del Niño, cerrando la calle Juana Azurduy entre Manuela Pedraza y Kennedy, con previo aviso a autoridades, colocando castillos inflables en las calles.
Además dieron golosinas, tortas y juguetes a los sonrientes niños que lograron pasar una tarde distinta. Los vecinos autoconvocados tuvieron la ayuda de "Juntos por un corazoncito feliz", "Un poquito entre todos", "Jóvenes Comunitarios", la peña de Independiente "Miguel Santoro", comercios y vecinos.