Masiva primera huelga general contra el plan de ajuste de Rajoy

España se vio ayer paralizada en sus principales actividades por una huelga general convocada por las centrales sindicales contra el ajuste implementado por el gobierno, con cientos de miles de personas manifestando su descontento en las calles de las principales ciudades.
No obstante la masividad de la protesta, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, afirmó que la reforma laboral es “imparable”, clara respuesta también a los reclamos sindicales para que el gobierno se siente a negociar modificaciones a la norma “a partir de mañana (hoy)”.
Se trata de la primera huelga general contra el gobierno que encabeza Mariano Rajoy --y que hoy cumple cien días-- y cuyo eje es el rechazo total a los ajustes exigidos por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea.
Y en ese marco, el rechazo total a la reforma laboral que facilita los despidos y permite reducir unilateralmente los sueldos.
Como es usual en estos casos, las centrales convocantes Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT)-proclamaron el éxito de la huelga, mientras el gobierno insistió en minimizar el impacto de la jornada de protesta.
Según los sindicalistas, la huelga general alcanzó una adhesión del 77 por ciento, con una participación especialmente elevada en la industria, la construcción, el sector automotor y el transporte.
Un dato no menor fue que el consumo de electricidad cayó un 48% debido a la importancia de medida de fuerza, informó el diario El País en su edición digital.
El gobierno, por su parte, respondió que el seguimiento fue escaso y “claramente inferior” al que tuvo la anterior huelga general, organizada en setiembre de 2010 contra la reforma laboral del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Por su parte, la directora de Política Interior, Cristina Díaz, solo admitió una adhesión relativamente importante en la industria automotriz y en el sector ferroviario, pero no en la administración pública ni en la banca, según informa la agencia de noticias DPA.
El sector empresarial, en tanto, calificó la huelga de “eminentemente política” y denunció que la protesta sindical “daña los intereses económicos de España y su imagen internacional”.
Si bien la protesta se desarrolló, en general, con tranquilidad, en Barcelona hubo disturbios cuando la policía cargó enérgicamente contra manifestantes.
Al grito de “El pueblo unido, jamás será vencido”, manifestantes respondieron a la carga policial en la céntrica plaza Catalunya incendiando una barricada y lanzado botellas y bombas de pintura contra los agentes.
En Madrid, en tanto, la emblemática Puerta del Sol fue el epicentro de la protesta y en la hora pico de la misma las banderas rojas de las dos centrales sindicales se multiplicaron por miles tiñendo el cielo primaveral de la capital española.
“Los trabajadores han utilizado su derecho para expresar un rechazo rotundo a la reforma laboral de Rajoy”, afirmó el secretario general de UGT, Cándido Méndez.

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