A poco de una revulsiva actuación en el Festival de Folclore de Cosquín por fuera del escenario principal, Rubén “Mono” Izaurralde, uno de los protagonistas de La Orquesta Popular de Cámara Los Amigos del Chango, reflexionó en forma crítica sobre la programación de esa clase de espacios y aseguró que los organizadores “deberían dedicarse a mostrar lo que pasa en el arte y no sólo preocuparse por llenar una plaza”.
“En los festivales se perdieron los códigos. En su momento lo importante eran los artistas, hoy la cosa pasa por otro lado. La obligación es meter lo mejor que tenés porque existe una cantera de músicos impresionante”, expresó el flautista.
La Orquesta Los Amigos del Chango gestó uno de los encuentros musicales más intensos del último Festival de Cosquín en la peña programada por la cantante Paola Bernal y no en el escenario de la Plaza Próspero Molina, donde se desarrollaba la actividad oficial.
“Para la Orquesta fue una experiencia buenísima tocar en Cosquín, aunque no haya sido en la plaza. Nos dieron la oportunidad de tocar, de hacer una buena prueba de sonido, de compartir la noche con el Dúo Coplanacu y terminó pasando que la prensa que estaba en la plaza se cruzó para cubrir lo que estaba pasando en la peña”, relató Izaurralde.
Sobre la controvertida programación de la edición 2015 de Cosquín, que incluyó figuras del espectáculo ajenas a todas las tradiciones populares, por dentro y por fuera del folclore, Izaurralde mostró una posición crítica.
“Escuché desafinaciones espantosas. Se pueden meter cosas más efectistas, pero al mismo tiempo de calidad. Lo que no se puede es perder el hilo, que tiene que ir por otro lado. Hoy le escuché decir a un médico de un hospital que en su profesión se habían perdido los códigos; bueno, los organizadores de festivales también los perdieron”, expresó.
La Orquesta Popular de Cámara nació en 2009 al mando de Chango Farías Gómez y, tras su fallecimiento el 24 de agosto de 2011, a los 73 años, adquirió su actual denominación.
La formación comprende a Rubén Izaurralde en flauta traversa y voz; Néstor Gómez (orquestación, arreglos, guitarra y bombo legüero); Luis Gurevich (piano); Jerónimo Izarrualde (batería y voz); Ricardo Culotta (trompeta y fiscorno); Omar Gómez (bajo); Santiago Martínez (violín); Aleix Durán (clarinete y clarinete bajo); Agustín Balbo (guitarra eléctrica); Daniel Gómez (bandoneón) y Manu Uriona (percusión).
La Orquesta se presentará hoy en Hasta Trilce donde repasará el repertorio de su único disco, “Música Clásica Argentina. Volumen I” y adelantará material de su próximo trabajo de estudio, cuya salida se prevé para el segundo semestre del año.
“Nosotros tenemos la predisposición para tocar pero también queremos que los lugares tengan la predisposición de valorar a los artistas. Cuando se genera un ambiente donde lo más importante es la venta de bebidas y la picada estamos en el horno. Pero hay lugares donde todavía se valora la escucha”, concluyó.