Multitudinaria movilización frente al Congreso para pedir justicia por Fernando Báez Sosa

A un mes de su brutal asesinato en la puerta del boliche Le Brique en Villa Gesell, familiares y amigos del joven de 18 años convocaron a una marcha. "Espero que después de hoy algo le haga click en la cabeza a la gente", dijo Julieta, la novia de la víctima.

Apenas algunos minutos antes de las 18, hora en que se convocó a la marcha, miles de personas ya rodeaban el escenario montado en la Plaza del Congreso. De frente al escenario, costaba mirar hacia adelante. El sol picaba fuerte en los rostros de quienes iban llegando a la plaza.

A diferencia de la marcha del silencio, que se realizó de manera espontánea en la puerta de la casa del joven de 18 años, esta vez no hubo improvisaciones. Incluso se montó una pantalla, donde se proyectaron tres videos y se colgó una bandera que en letras negras decía: “Justicia”.

La foto con el rostro de Fernando Báez Sosa se multiplicó por las calles y en los allí presentes. También hubo remeras y banderas que hacían referencia a él. “Dios te tiene en el cielo, nosotros en nuestro corazón”, decía una con letras celestes que colgaba del escenario. “Perpetua para los rugbiers”, exigía otra.

HABLO LA MAMA

Graciela, la mamá de Fernando Báez Sosa, agradeció la presencia de las miles de personas que se acercaron a la Plaza del Congreso para decir basta a la violencia y pidió entre lágrimas que los culpables “paguen por lo que le hicieron”.

“Mi casa está vacía. Cuando me levanto y veo su cama y está vacía, tendida, esperándolo, pero sé que nunca volverá”, dijo la mujer, mientras la sostenía su marido Silvino.

Ante una multitud que clamaba “justicia, justicia”, la mujer recordó que su hijo era un chico “bueno y decente” que amaba a su novia y tenía el proyecto de recibirse de abogado junto con ella.

“Lo que le hicieron nos arruinó la vida a todos los que lo queremos”, dijo Graciela. La gente, conmovida por las lágrimas de la madre, contestó con un grito unánime: “Asesinos, asesinos, asesinos”.

Sin embargo, la mamá de Fernando aseguró que sentirse tan apoyada “le da energía para seguir luchando”. Adelantó que nunca bajará los brazos hasta ver a los culpables presos, ya que sólo así podrá “descansar” su corazón.

La mujer, visiblemente afectada por la tragedia que sacudió su vida, apenas pudo mantenerse en pie mientras daba su discurso. Luego fue el turno de un religioso de la comunidad marianista, del colegio al que asistió Fernando.

“No bajemos los brazos con el pedido de justicia. Como dicen los chicos, que esto no se corte. Queremos justicia y justicia rápida”, dijo.

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