Nisman: a un año, entre el suicidio y la hipótesis de asesinato

Un año y casi diez mil páginas después de la muerte de Alberto Nisman, y pese al impulso que la jueza Fabiana Palmaghini a la investigación, sigue sin aparecer una segunda persona en el interior del baño en el que murió el ex titular de la UFI Amia. La diferencia con lo que ocurría antes, mientras la investigación estaba en manos de la fiscal Viviana Fein, es que ahora la pesquisa sí busca la presencia de un potencial o eventual asesino. Todavía no apareció.
Todo el trabajo que condujo Fein confluía en un punto: suicidio. Más allá de sus expresiones públicas, en las que jamás descartó el homicidio o el suicidio inducido, lo cierto es que todos los elementos recolectados en los primeros 40 cuerpos del expediente (hoy ya son 47) apuntaban a que Nisman se había quitado la vida.
Sostenían que Nisman fue asesinado en función de su cargo de fiscal, y como consecuencia de la denuncia por "encubrimiento" contra la ex presidenta, Cristina Fernández. Se basaron para ello en un informe tecnológico que indica que la computadora notebook del ex titular de la UFI AMIA había sido adulterada y en un código malicioso hallado en su teléfono celular. Y también en la declaración de una colaboradora de Nisman, Soledad Castro. Y a ello se suman las sensaciones personales de la ex mujer de Nisman, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado (con sustento científico, según postula) y de la propia madre del fiscal, Sara Garfunkel. El viernes se conoció una primera entrevista que concedió a la Agencia Judía de Noticias en la que manifestó su convicción sobre un asesinato.
La expectativa está centrada, en el corto plazo, en las declaraciones de los custodios Armando Niz y Luis Miño. Están imputados por supuesto "incumplimiento de los deberes de funcionario público" porque debían cuidar a Nisman, y el fiscal apareció muerto. ¿Les pasó por ineptos o por "obediencia debida"? La diferencia entre ambas razones definirá si la imputación persiste sólo con ellos o se extiende a otros estamentos policiales.
El abogado de las hijas de Alberto Nisman, Manuel Romero Victoria, aseguró que está "absolutamente convencido" de que el fiscal fue asesinado y que Diego Lagomarsino, ex asistente informático de Nisman en la UFI AMIA, "tuvo que ver con su muerte".

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