Norberto Cambiasso presenta una historia social del rock progresivo

Cambiasso, profesor de música, comunicación, estética y crítica cultural en la Universidad de Buenos Aires habló sobre la construcción de esta exhaustiva investigación, publicada por Gourmet Musical Ediciones.

 En “Vendiendo Inglaterra por una libra”, el ensayista Norberto Cambiasso, experto en las relaciones entre arte, música y contextos sociopolíticos, configura una ambiciosa historia del rock progresivo británico -dividida en tres tomos- que explora los fenómenos culturales que le dieron origen a ese movimiento artístico.

En diálogo con Télam, Cambiasso, profesor de música, comunicación, estética y crítica cultural en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Quilmes y el Conservatorio de Música Manuel de Falla, habló sobre la construcción de esta exhaustiva investigación, publicada por Gourmet Musical Ediciones.

- ¿Cómo decidiste encarar este proyecto?

- Lo que me propuse fue una reconstrucción histórico-social del período que abarca la edad dorada de la música progresiva. A medida que hacía la reconstrucción fui apelando a varias fuentes: ficciones de la época, análisis sociales, películas, pero siempre con la música en primer plano.

La progresiva fue anatema por mucho tiempo para la crítica, no diría para los fans, pero desde mediados de los 70 a mediados de los 90, hablar de música progresiva para un enorme sector de la crítica era una mala palabra, y para algunos fue una mala palabra siempre, como la revista Rolling Stone.

- ¿En qué contexto sociopolítico se produce el surgimiento del género?

- Si bien la génesis de la música progresiva obviamente estaba ligada al desarrollo del under y la contracultura de los 60, pertenecía a un tiempo que era mucho más recesivo: el tiempo en donde empiezan a incrementarse las dificultades económicas en Gran Bretaña. Un momento de radicalización de esas dificultades es en 1973 a partir de la crisis del petróleo.

La progresiva formaba parte de una situación histórico-social completamente distinta al optimismo generalizado de los 60 y el verano del amor. La única manera que tenía de demostrar que la naturaleza de la música progresiva, al menos en Gran Bretaña, era muy diferente a su génesis era haciendo la reconstrucción general de ese período.

- ¿Y cuál sería la posición política del movimiento?

- En ese sentido parto de una opción ideológica que no es muy recóndita: la idea de que toda manifestación cultural es hija de su tiempo; lo que trato de demostrar es que aunque no es política en el sentido más duro del término, una buena parte de la progresiva es una perfecta expresión de lo que estaba ocurriendo en la época.

Todo lo que tenía que ver con las hadas, el misticismo, cierto tipo de espiritualismo casi new age en el caso de algunos discos importantes de Yes o ciertas imágenes distópicas en Emerson, Lake and Palmer y un momento de critica fuerte en Génesis, justamente con el disco Selling England by the Pound, que me inspiró el nombre del libro.

DE LA MANO DEL REY

- ¿Cuáles son las bandas más representativas del género?

- Trabajo con un concepto de progresiva más amplio que el que en general usan las historias del género; cuando hablo de música progresiva no lo reduzco exclusivamente a las bandas de rock sinfónico que tuvieron un éxito extraordinario en Estados Unidos, pero a lo largo de los tres tomos hablo de ocho bandas fundamentales: Pink Floyd, Yes, Emerson, Lake & Palmer, Genesis, Jethro Tull, Gentle Giant, King Crimson y Van Der Graaf Generator.

Pero por debajo de eso hubo un universo extraordinario, casi inabarcable, todo un desarrollo que es un punto interno a la tradición del folk británico pero que a comienzos de los años 70 se va transformando en lo que será el folk progresivo y hay una serie de conexiones entre la progresiva y las influencias del jazz: la música de fusión. 

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