Indistintamente, hasta las primeras horas de la tarde, los referentes de cada dependencia se ocuparon de requerir documentación de automotores, inspeccionar con un scaner móvil equipajes de pasajeros de colectivos de media y larga distancia, además de encomiendas, e incluso la policía utilizó un can adiestrado en la detección de estupefacientes.
De manera particular, el personal de Senasa no solo solicitó permisos de transporte de alimentos, sino que además verificó las cargas y que las mismas estuvieran convenientemente embaladas y que determinados productos no tuvieran contacto cercano con otros.